Con un poco de retraso, como parece ser que es mi costumbre últimamente (nota mental: sería buena promesa de año nuevo esto de no retrasarme con las críticas), procedo a contar qué me ha parecido ROMPER CON LA RUTINA, de Adele Parks.

Últimamente me ha dado por leer libros de infidelidades, y creo que ya vale por una temporada...
Connie Green lleva un año felizmente casada con Luke. Es el hombre perfecto y a su lado ha conseguido olvidar su adicción a los flirteos y al juego de la seducción... o eso creía ella. Pero cuando Connie conoce a John Harding, la adrenalina que siempre la había hecho sentirse viva pone en peligro su estabilidad conyugal.

John es un juerguista empedernido, divertido, irrespetuoso y, sobre todo, muy sexy. Connie no puede resistirse a tanta tentación, y durante un congreso en París tiene una aventura con él. A lo largo de las siguientes semanas pierde totalmente el control de su vida. ¿Qué ocurriría si Luke se enterara? ¿Y si su verdadero destino fuera estar con John y no con Luke?

Cuando Luke descubre la infidelidad abandona a Connie, quien tendrá que luchar por encontrarse aa sí misma, recuperar a su marido y recomponer la vida que ella misma ha destrozado.
Pues el libro es simple a más no poder. Aburrido.

Y pienso destrozarlo y contar cosas de la trama a continuación (el que avisa no es traidor).

Connie es una de esas criaturas que lo tiene todo, aunque a todas luces no se lo merece, y que se jacta de ello. Tiene un marido perfecto, y unos amigos atractivos y perfectos, y da unas fiestas perfectas en su casa perfecta a sus amigas perfectas. Así que como todo es tan ideal de la muerte, pues decide poner un poco de imperfección en su vida, también conocido como CUERNOS, con un compañero de trabajo que sólo puede calificarse de cerdo en grado máximo (aunque eso sólo se descubre mediado el libro).

Obviamente, te apetece escupirle a Connie en un ojo en primer lugar por dejarse embaucar tan fácilmente por un cretino integral y echar a perder la relación que tiene con su marido, esa relación con la que soñamos todo el mundo. Página tras página deseas que la pillen, que se hunda, que se fastidie todo lo que pueda y más... No te vale con verla sufrir por no ver a su amante, eso te parece poco. Te da rabia que sus amigas sean tan jorobadamente comprensivas y que le bailen el agua, cuando lo que ella se merece que le tiren de los pelos hasta que deje de hacer el imbécil.

Y sí, ese coraje que da la protagonista es el que te hace pasar página tras página para ver si hay justicia en este mundo y por fin la pescan -como te ha prometido la contraportada-, porque lo que es la historia en sí no te invita a seguir leyendo.

Al final, menos mal, cuando estás a punto de perder la esperanza, el marido la descubre de la manera más tonta posible (aunque, la verdad, es un modo tan inesperado que se merece un punto positivo por original) y la deja. Tú solo puedes gritar: ¡¡BIEEEEEEEEEEEEEEN!!

Pero la alegría dura poco, porque Connie resulta que aprovecha la coyuntura para encontrarse a sí misma, dedicarse a su vocación, etcétera, etcétera, etcétera, hasta que al final consigue engatusar a su marido de nuevo, que la perdona y todos felices y contentos.

Un asco.

De verdad, que dejen de escribir historias así, que parece que está hasta bien serle infiel a la pareja...

Así que sí, enfadada me ha dejado porque si ya de por sí el libro es bastante flojo, ese final tan sumamente injusto ha puesto la puntilla. Supongo que no hace falta decir que no lo recomiendo...
Este libro, EL CLUB DEL ADULTERIO, de Tess Stimson, fue el que me llevé de viaje para ayudarme a pasar los tiempos muertos en los aeropuertos y vuelos (o sea que sí, lo terminé hace ya un montón de tiempo, lo sé, soy un poco vaga).

Ha sido una grata sorpresa, aunque de entrada no me llamaba nada...
Nicholas Lyon cree que está inmunizado contra la plaga de mujeres dispuestas a desplumar a sus maridos por sus infidelidades que llena su oficina. Él está felizmente casado y sabe que las aventuras nunca acaban bien.

Sara Kaplan tiene veintiséis años, es abogada y la acaban de contratar en el prestigioso bufete de abogados especializados en divorcios en el que trabaja Nicholas. No tiene pareja, pues prefiere estar sola a ser la eterna amante, pero parece que ha llegado el momento de hacer una excepción.

Cuando Nicholas conoce a Sara todas sus convicciones se vienen abajo. Por más que él intenta evitarla, no logra aplacar el continuo deseo que siente por ella, hasta que acaba rindiéndose a sus encantos. Sin embargo, los remordimientos lo acosan... ¿Cambiará esta infidelidad la vida de todos para siempre?
El libro cuenta, como ya está claro, la infidelidad de Nicholas Lyon, quien, a pesar de que sabe muy bien lo mal que acaban esas cosas, cae en las redes de Sara y deja que sean sus pantalones (por decirlo de una manera fina) y no su cabeza quien decida sobre el asunto.

Contada desde tres puntos de vista distintos (el adúltero, la amante y la mujer), este libro profundiza en el affaire de Nicholas, haciendo ver que una infidelidad no es algo tan sencillo, que tiene muchos puntos de vista, que a veces las cosas no son como parecen, que jamás se puede salir indemne de una situación así... Y que lamentablemente, aunque todos sabemos que es una muy mala idea, seguiremos cayendo en ello una y otra vez hasta el final de los tiempos...

Francamente, poca cosa más puedo decir del libro sin destriparlo o decir obviedades. Esta historia no revela nada nuevo, ni endulza la situación, ni disculpa a los personajes. Lo cuenta, tan sencillo como eso. Lo que está bien y lo que está mal.

Merece la pena leerlo.
Me acabo de terminar MUJERES DE MANHATTAN, de Candace Bushnell. Me ha costado ponerme con él y por eso he tardado bastante con finiquitar este libro que va de que...
Todo el que es alguien en Nueva York sabe que Victory, Wendy y Nico son las caras bonitas del éxito en la ciudad de los rascacielos: Victory se ha convertido en la diseñadora de moda más solicitada; Wendy es la directora general de Parador Pictures y, además de estar produciendo una pleícula que va a ser todo un éxito, tiene tres hijos preciosos; Nico, por último, es la redactora en jefe de la revista Bonfire, la biblia neoyorquina para estar al día. A los ojos de los demás, las tres se hallan en el mejor momento de sus vidas. Sin embargo, desde el lugar que ellas ocupan las cosas no se ven exactamente así.
Ninguna novedad si previamente has visto la adaptación en forma de serie: al ser la autora la misma de Sexo en Nueva York, supongo que a alguien no le costó pensar que siendo una fórmula parecida, se podría crear otra historia semejante y que fuera otra serie de éxito. No fue exactamente así, porque la cancelaron en la segunda temporada prácticamente a mitad, sin un final concreto (habría dado igual cortar donde lo hicieron que tres episodios antes o dos después).

Y aunque no se haya visto la serie, tampoco es ninguna novedad. Todas las novelas de esta escritora (parece ser) se basan en mujeres que viven en Nueva York, y tienen éxito y dinero pero fracasan en sus relaciones una y otra vez. No hay más.

Con respecto al libro, tengo que decir que sí, que me he leído las 482 páginas y no sé de qué va. O más bien qué ha pasado. En la primera página me he encontrado a tres mujeres ricas y con éxito, y en la última página siguen estando esas tres mujeres con un poco más de dinero y algo más de éxito. Y ya está. ¿Y entre medias qué pasa? Bueno, pues sólo seis cosas: a una le falla un negocio y se busca un noviete, a la otra la deja el marido pero luego encuentra un recambio, y la tercera se busca un amante y asciende. Básicamente es eso. De vez en cuando hay varias reflexiones poco prácticas sobre las mujeres y el éxito, los roles de la sociedad y todo eso (que en la práctica sólo te valen si tienes un par de millones de euros en la cuenta del banco, y si no, te va a valer lo mismo que un manual de ornitología).

Ni siquiera he tenido que imaginarme a los personajes. Si ya los tenía en mente...

En definitiva, una chufa de historia en la que se basa una serie solamente pasable, y cuyo argumento es mejor que el libro porque al menos tiene que ya es decir. Leérselo sólo sirve para poderlo criticar con conocimiento de causa.
Hace ya más de un mes acabé de leerme este libro, UN MUNDO ENTRE TÚ Y YO, de Sarah Pekkanen. Fue mi última adquisición en formato bolsillo: desde hace tiempo no encuentro libros que me llamen la atención, no sé...

En la contraportada hay bastantes pistas (demasiadas) del argumento.
Lindsey Rose siempre ha sido, desde que tiene uso de razón, la eterna segundona con respecto a su hermana gemela, la rematadamente guapa Alex. Sin embargo, con casi la treintena cumplida, Lindsey está muy cerca de obtener al fin un gran logro: tras varios años de jornadas semanales de más de ochenta horas, úlceras, migrañas y una profunda soledad, ahora va a ser nombrada vicepresidenta creativa de la exclusiva agencia de publicidad en la que trabaja. Lo que no sabe Lindsey es que, durante el transcurso de una noche aciaga, los sueños que tan cuidadosamente ha planeado van a saltar por los aires.

Humillada y desesperada, huye del glamour de Manhattan para encerrarse en casa de sus padres, en Maryland. Por desgracia, la gran espina clavada en la autoestima de Lindsay, su gemela Alex, vive a diez escasos minutos y está preparando la boda con su particular príncipe azul. Lindsey tendrá que esforzarse por mantener inquebrantable su apariencia de hermana lista y responsable mientras en secreto trata de recuperarse de su crisis. Pero cuando se destape un secreto familiar, las dos hermanas tendrán que replantearse quiénes son en realidad y qué quieren hacer al fin con su vida.
Aunque no me esperaba gran cosa, este libro ha conseguido entretenerme bastante. Las primeras páginas muestran a una Lindsey exitosa y a punto de llegar a la cima de su carrera; pero como se sabe (gracias a la contraportada) que todo va a salir muy mal, esa parte se hace amena esperando -e intentando adivinar cuál va a ser- el desastre. Después, ya con la protagonista instalada en casa de sus padres, la historia en sí empieza.

Hasta aquí los spoilers. Como hace ya un tiempo que me lo terminé, no recuerdo muy bien los detalles de lo que más me gustó o lo que menos, pero sí que diré que me parece un final muy cruel para la historia. Quiero decir: se ve venir hacia dónde quiere ir la escritora (al final, quiere ir a donde todas las historias van a parar), pero lo normal es que en este caso no suceda por improbable. Pero no: la autora decide que cueste lo que cueste el final va a ser ése y no otro, y mete un giro cruel para conseguirlo.

La verdad es qeu esto que voy a decir suena un poco ridículo, pero no me sentó bien. Qué tontería. Ya. Pero refunfuñé cuando la escritora hizo lo que quiso con los personajes, y me pareció mal esa injusta manipulación de sus vidas para que a ella todo le saliera bien.

Así que aunque me pareció bastante entretenido, el final me enfadó un poco por cruel. Insisto en que es tremendamente absurdo, pero es que es verdad. Para que el final sea el que procede, hay que fastidiar a la mitad del elenco, y no se lo merecen, jooooooooooooo... ¿No os habéis enfadado nunca con un autor?
Sé que no anuncié que me estaba leyendo este libro en la barra lateral, pero es que me daba pereza subir la portada... Y cuando se me pasó la pereza ya estaba con otro libro, pero no dejaré de hacer la reseña.

Recuerdo que Y TÚ, ¿LO HAS ENCONTRADO?, de Lisa Jewell, lo compré de rebote para completar un pedido y que el envío me saliera gratis. Es un libro del montón que cuando llegó pasó a mi estantería sin más, y hasta hace unas semanas no reparé en él. No me llamaba ni el título, ni la portada, ni la contraportada...
Los hermanos London se criaron rodeados de cariño. Pero eso que llamamos «vida real» empieza a hacer mella en sus vidas perfectamente calculadas: Tony, el mayor, empresario de éxito, está en proceso de divorcio y obsesionado por su gordura; Sean, el mediano, novelista de éxito, está bloqueado y su novia, Milly, guarda una noticia que no le va a ayudar, precisamente, a desbloquearse; y Ned, el más joven, acaba de regresar repentinamente de un viaje por Australia que emprendió acompañado de una muchacha un poco loca... Ninguno de ellos sabe realmente qué busca en la vida. Tal vez el huésped que se aloja en casa de sus padres, un tal Gervase que habla y viste como un rockero de los años cincuenta y lleva un rollo místico un tanto extraño, pueda orientarles....

Efervescente como el champán, adictiva como el chocolate, es una divertida y tierna novela sobre el amor, la familia y lo difícil que es a veces saber lo que quieres.
Que me la compraren con el chocolate ya me parece mal...

En fin. Esta novela, sin ser ambiciosa en absoluto, podría haber sido mejor de lo que es. Resulta entretenida, pero hay algo que no acaba de encajar...

Poco más que decir de la trama por mi parte que no se haya dicho ya en este breve resumen... Cualquier incursión mía en contar qué pasa desvelaría más de lo aconsejable.

Se aleja un poco de las historias con protagonista femenina y ahora son tres los chicos protagonistas: tres hermanos distintos entre sí que se encuentran en diferentes etapas de la vida, y en situaciones personales dispares. Los tres se encuentran incómodos con el momento que están viviendo, y está claro que necesitan un revulsivo para avanzar puesto que llevan tiempo estancados y sin saber muy bien por dónde ir. Dicho revulsivo son las revelaciones de un viejo rockero, un elemento a mi juicio bastante discordante y poco creíble, que con sólo ponerles la manos encima ya está todo hecho. Como si fuera un santón.

Es una pena que dicho personaje sea la palanca que impulsa a los personajes a continuar, porque le quita a la historia todo el realismo conseguido con unos personajes corrientes y accesibles, con los que es fácil identificarse. Me pasé todo el libro esperando que no apareciera más, pero mi gozo en un pozo una y otra vez. Creo que ese recurso ha estropeado una historia que tenía buena base.

Al menos, me ha consolado el hecho de que aunque tú crees que va a pasar algo porque estaba cantado, al final resulta que no, que no pasa. Y eso me compensaba un poco el berrinche de ver inmiscuido un personaje absurdo y socorrido que sólo ayuda a que la autora tenga una excusa para avanzar un poco.

Por tanto, sólo la recomendaría para aquellos momentos en los que te tragas cualquier cosa.
Este libro, DIARIO DE UN AMO DE CASA DESAFORTUNADO, de Sam Holden, fue un intento de regalo para mi chico, ejem, ejem... Que al final lo he terminado leyendo yo y seguramente no pase por sus manos. Y eso que le convendría, según lo que pone en la contraportada...
Cuando Sam, padre de dos hijos, pierde su trabajo acepta a regañadientes quedarse en casa mientras su mujer regresa al trabajo. En secreto piensa que esto de la paternidad va a consistir en paseos tranquilos por el parque y leer el periódico mientras los niños juegan. Pronto se da cuenta de lo que significa quedarse en casa. Inevitablemente el caos doméstico aparece: sólo conseguir vestirse por la mañana y salir de casa sin tener que ir a urgencias es toda una proeza, como lo es intentar organizar la complicada agenda de juegos de los niños o esquivar los mil y un consejos de las demás mamás que lo acribillan cada vez que va por el parque. Desesperado por regresar a su vida anterior, Sam se aferra a planes descabellados pero justo cuando todo parece que empieza a aclararse descubre algo sorprendente.
Tal y como el título indica, se trata de un diario, a más puro estilo Bridget Jones donde Sam se desahoga como puede. Después de ser despedido por un pequeño errorcillo sin importancia mientras perseguía algo más grande, su mujer decide ponerse a trabajar de nuevo mientras Sam se queda en casa. La nueva situación se le va pronto de las manos a Sam: mientras su mujer está encantada de volver de nuevo al mercado laboral, él se siente un fracasado que tiene que quedarse a cuidar de sus hijos mientras su mujer es quien aporta el dinero en casa. Además, descubre que no es nada fácil mantener la casa limpia y los niños bien cuidados. Cada día que pasa Sam se encuentra peor y peor y peor hasta que llega un punto que se autocuestiona su salud mental... y es que empieza a hacer cosas muy raras...

Me lo he pasado muy bien leyendo este libro, lo he encontrado francamente divertido (y realista: no me cuesta NADA imaginarme a más de uno en esa situación). Por ponerle un pero, yo diría que es un poco largo y hay situaciones que no hacían ninguna falta -Emily, sin ir más lejos, sobra-; a pesar de todo, es una lectura divertida que recomiendo a todos los que se preguntan cómo se las arreglaría de repente un hombre en casa...
Me he acabado en tiempo récord este libro, PARA SIEMPRE JAMÁS, de Lucy Dawson (es la primera vez que me tropiezo con algún libro suyo de manera consciente).

Ha sido una inesperada sorpresa. Lo cierto es que no esperaba mucho de este escasito libro de bolsillo que no parece tener excesivas pretensiones. Pero me ha atrapado desde la primera página, y me ha tenido enganchada, de tal forma que no he parado hasta poner fin a la historia.
Si sospecharas que tu pareja te es infiel, ¿te rendirías o sacarías las garras?

La pasión, el entusiasmo y la espontaneidad que definen el comienzo de una relación se desvanecen con el paso del tiempo. Pero a Mia no le preocupa, porque sabe que el amor que siente por Pete será duradero. La experiencia le dicta que las relaciones requieren de un esfuerzo y un cuidado diario; este es el secreto para que una relación adulta funcione.

Pero una noche, de camino al baño, encuentra el teléfono de Pete y lee un mensaje de texto que le deja la sangre helada: todo apunta a que tiene una amante. Mia tendrá que ponerse seria y sacar todas sus armas de mujer, incluso algunas que ni tan siquiera sabía que tenía.

Después de todo, su felicidad está en juego, ¿no?
La historia es sencilla y cotidiana: Mia y Pete son pareja desde hace tiempo. Viven juntos en una casa cerca de Londres, y son felices tal como están. No hay planes de boda inminentes, pero no importa porque simplemente están bien así. Pero un día, Mia descubre que Pete se ve con otra chica más joven que ella, y el cómodo mundo de Mia desaparece de repente, aunque por fuera todo parece igual. Mia se derrumba y no sabe qué debe hacer: ¿enfrentarse a Pete? ¿Decirle que lo sabe todo? ¿Ignorarlo? ¿Fingir que todo sigue como siempre? ¿Ser discreta? ¿Montar un espectáculo? ¿Luchar?

No quiero decir nada más de la trama porque realmente me ha gustado mucho y no quiero desvelar nada de lo que pasa, por lo que no daré más detalles...

Supongo que todo el mundo se ha preguntado alguna vez cómo actuaría en una situación así llegado el caso. Yo lo que creo es que es fácil decir yo haría esto o lo otro, teorizando. Pero hasta que no te llega, hasta que la situación no es real, hasta que no estás inmerso en la pesadilla... no sabes qué vas a hacer. Quizá reaccionemos como creemos, pero también es posible que hagamos justo lo contrario. Hablar por hablar es muy fácil, pero una vez ESTÁ PASANDO, ¿qué?

En mi círculo de amigos muchas veces hemos comentado esto. Tengo una amiga que es sumamente radical y siempre dice que todo se acabaría. En teoría, eso haríamos todos, ¿no? Pero, francamente: no sé lo que haría. Y misteriosamente, eso me hace sentir más humana, en lugar de más insegura, y no sé por qué...

Desvarío.

Que sí, que el libro me ha gustado.

Pero te arriesgas a mirar después a tu pareja con los ojos entrecerrados y ponerte de los nervios cada vez que suena su móvil...
Estas horrorosas tardes de calor invitan a estar inmóvil debajo de un buen chorro de aire acondicionado leyendo un libro. Esta vez el que tocaba es PERSIGUIENDO UN DIAMANTE, de Lauren Weisberger.

La verdad es que llevaba "persiguiendo" este libro bastante. Desde que leí El Diablo Viste de Prada le seguí la pista a esta autora, y su página web anunció este libro hace mucho tiempo (en versión original, claro). Así que me he esperado a que lo tradujeran para hacerme con él.
Tres amigas del alma.
Dos objetivos.
Un año para conseguirlos.

Emmy vuelve a ser
single. Sus planes de boda de siempre se han convertido en una ración individual de comida para llevar.

Adriana está a punto de cumplir los treinta. ¿Están llegando a su fin sus días de fiestera?

Leigh tiene un novio maravilloso y un trabajo de ensueño. Entonces, ¿por qué su vida perfecta no la hace feliz?

Una noche las tres sellan un pacto con mojitos de frambuesa: éste es el año en el que todo va a cambiar. Emmy va a encontrar a un hombre en cada continente para divertirse sin ataduras. Adriana promete que acabará el año con un diamante de cinco quilates en su dedo anular. Y Leigh no sabe muy bien qué es lo que tiene que cambiar... hasta que Jesse Chapman, un chico malo de novela, aparece en su vida.

Empieza el juego.
En primer lugar, tengo que reconocer que quizá mi actual estado de ánimo haya influenciado negativamente en mi opinión sobre el libro. Me ha costado bastante cogerlo, pero no por el libro en sí, sino por mí misma.

Pero aún así, he de decir que la narración no es aburrida (no eres tú, soy yo). Esta autora no es de las que se andan por las ramas para rellenar un libro: escribe lo que hay que escribir, como hay que hacerlo. Por tanto, es raro que haya trozos donde te apetezca leer en diagonal. Lo que sí detecto son saltos en el tiempo de buenas a primeras que cuesta seguir, pero si queremos meter un año en un libro, algo hay que hacer, aunque seguramente se pueda hacer más elegantemente.

En cuanto a la historia, nada que no se deduzca de la contraportada: Emmy es una virginal chica que lleva saliendo con su novio un montón de tiempo, y que está convencida de que él es el hombre de su vida. Hasta que el hombre de su vida la deja por la entrenadora personal de su vida. Emmy cree que ha perdido el tiempo y que lo que debería hacer es acostarse con todo aquel que tenga pantalones para recuperar lo que no ha vivido en sus años de monógama relación.

Adriana es la típica tía buenorra y rica, engreída a más no poder, cuya única preocupación es que se acerca el momento en el que los hombres no la harán caso y no podrá tener un compañero de cama distinto cada noche. Pensando en su futuro, decide comenzar la búsqueda de un marido -y por ende, un diamante en su dedo-, dejando al lado su vida polígama. Un poco de esta protagonista viene el título original (Chasing Harry Winston).

Finalmente está Leigh, una obsesiva mujer que sale un codiciado joven de Manhattan que sí que le pone un diamante en el dedo. El problema es que ella realmente no está enamorada de él, pero no es capaz de decírselo porque aún espera que ocurra el milagro. Y el milagro no sólo no ocurre, sino que aparece en escena alguien que hace que el milagro sea incluso más inalcanzable.

Está claro qué pasa en todo el libro: cada una busca cambiar aquello que no la hace feliz. Pero, ¿en realidad se puede? ¿Alguien que quiere la estabilidad sobre todas las cosas podría ir de flor en flor de repente? ¿Y quien tiene un hombre distinto cada noche, es capaz de dejar de mirar a otros y fijarse sólo en el que tiene delante?

Pues para averiguarlo habrá que leerlo. Esta vez no soy capaz de dar mi opinión rotunda porque no sería justa como ya he dicho antes. Pero desde luego, seguro que no es para tirarlo a la basura (que ya es algo).
Se puede decir que prácticamente he devorado este libro. En tres días ha caído. Además, llevaba detrás de UNA CHICA AÑOS VEINTE, de Sophie Kinsella bastante tiempo: le sigo la pista a la autora, que publicó este libro en Reino Unido hace casi un año, y he tenido que esperar meses a que se tradujera y publicara aquí en España.

Por eso, cuando lo ví en una mesa de novedades en El Corte Inglés, un día que churreteaba si más intención que hacer tiempo, me lancé sobre él y lo compré sin leer siquiera lo que ponía la contraportada porque me daba igual...
No hace falta ser un lince para darse cuenta de que Lara Lington no atraviesa un buen momento: su novio le ha dado esquinazo, su mejor amiga se ha largado a Goa y la empresa de cazatalentos que ha montado con ella se va al garete. Ya es hora de que algo le salga bien. Pues no. En plena tormenta existencial, aparece nada menos que el fantasma de su tía abuela Sadie, recientemente fallecida a la edad de 105 años. Con el aspecto y la marcha de una joven de los años veinte, Sadie la apremia para que recupere un misterioso collar desaparecido en extrañas circunstancias, sin el cual nunca podrá disfrutar en paz de su eterno descanso. Y aunque Lara intenta tomárselo con calma, la impulsiva Sadie la empujará a través de un alucinante y laberíntico enredo en el que se verán envueltos personajes como su repelente prima Diamanté, un estirado ejecutivo norteamericano y hasta la misma policía, que se pondrá a husmear ante la sospecha de un improbable asesinato. Así, a lo largo de este hilarante laberinto, Lara acabará convencida de que, si cuentas con la ayuda de un fantasma, al final las cosas siempre se arreglan.
Pues sí, es verdad: es una chick-lit con fantasma incluido. Como suena. No se puede decir que no sea original.

Como casi todos los libros de Sophie Kinsella (pero NO los de Madeleine Wickham, ojo, conviene aclararlo porque aunque son la misma persona, en sus libros no lo parece), ME HA ENCANTADO. Independientemente de la historia, la forma de narrar que tiene Sophie Kinsella me gusta muchísimo. Siempre en primera persona, conocemos a la protagonista desde su interior de una forma divertida, y para mí ésa es la clave de su éxito. No ya si lo que cuenta es creíble, real o mundano -porque evidentemente, una historia de fantasma no lo es en absoluto-, sino que somos capaces de ponernos en la piel de la protagonista, sea lo que sea que le pase (se le aparezca un antepasado o le toque la lotería), porque al final Lara -o Becky, o Sam, o Emma- es como yo, como cualquiera. Y ahí está el encanto.

Sobre la historia, tengo que decir que me ha sorprendido gratamente, porque aunque en los primeros episodios no parece que se pueda sacar gran cosa, lo cierto es que finalmente la trama está hilada y bien atada, y tiene un emocionante final, perfecto para esta novela tierna y divertida a partes iguales. No voy a decir nada más de lo que se ha dicho en la contraportada porque quiero que quien lea el libro lo vaya descubriendo poco a poco, como hice yo, y que lo disfrute.

De nuevo recomiendo una novela de Sophie Kinsella para quien quiera pasar un buen rato con un libro entre las manos. Y ahora, a esperar a su nuevo libro, que a saber cuándo llega a España...
Anoche, inexplicablemente, el sueño que me cerraba los ojos quedó apartado y no paré hasta que acabé de leer NUNCA LE PREGUNTES A QUÉ HORA LLEGARÁ A CASA, de Julia Llewellyn, un libro de portada llamativa que me compré el alguno de mis últimos pasos por las estaciones de tren.

Un poco al hilo del título (es español, el original es The Model Wife) y la ilustración de la portada, la contraportada afirma lo que se puede intuir a simple vista:
Cómo ser la esposa modélica:
- La felicidad de tu marido es tu felicidad.
- Si eres su segunda esposa, hazte amiga de la primera.
- Nunca le preguntes a qué hora llegará a casa.
- Nunca le preguntes dónde ha estado.
¡Bah!

La vida de Poppy, una prometedora modelo veinteañera, de repente cambia de rumbo al verse casada con un hombre de cuarenta y nueve años gracias a un embarazo accidental. Y su marido no es un madurito cualquiera: es nada menos que el presentador estrella del telediario, adorado por todas las mujeres del país, incluidas la víbora de su ex-esposa y una amenazadora cohorte de antiguas amantes.

Con un bebé en brazos y su brillante carrera arruinada, es hora de que Poppy se plante y demuestre al mundo que no está dispuesta a dejarse pisar por nada ni por nadie.
Pues a pesar de que no me esperaba mucho de esta historia, me ha sorprendido positivamente (que no gratamente, eso ya sería decir demasiado).

Poppy es una joven modelo, rubia y tonta, que trabaja en una cafetería mientras le van saliendo posados como modelo. Allí conoce de casualidad a Luke, el presentador de uno de los informativos más vistos, un atractivo maduro con el que comienza una aventura. Y como es rubia y tonta, se queda embarazada del presentador, quien contra todo pronóstico acaba casándose con ella, dejando a Hannah (su mujer) y sus hijos para irse con Poppy y su nueva hija Clara.

Dos años más tarde, la vida de Poppy no es tan idílica como pensaba: el embarazo la ha apartado de su trabajo de modelo, y se dedica a ser madre a tiempo completo, mientras su marido trabaja sin parar para mantenerlas a ellas y a su otra familia. Hannah ha relanzado su carrera profesional escribiendo una columna en un periódico poniendo verde a su ex-marido y a Poppy ya de paso, quien ha dejado de ser Poppy para ser conocida como la zorra. ¿Y cómo lleva Luke todo eso? Pues como puede, y le dejan, sus demás amantes...

Para no destripar mucho más la trama, lo dejo ahí.

A mí me ha resultado bastante entretenido porque pasan muchas cosas (algunas te las esperas, otras no): Poppy no te defrauda porque es tan tonta como cabe esperar, Luke es el típico mujeriego creído... En definitiva no es una obra maestra de la literatura, pero consigue no aburrite en cuando a la acción, no se solaza en análisis eternos de por qué se siente aquello o por qué se piensa lo otro. No. Sólo narra lo que tiene que narrar, explica lo que tiene que explicar, y lo demás lo deja a criterio del lector (si ya quieres tú comerte la cabeza, es cosa tuya).

Por tanto, quien busque una historia que no sea estática y que resulte real, este libro puede cumplir esas espectativas. Sin ser brillante, destaca al menos (entre lo que he leído últimamente) por no ser soso. Y eso ya es algo.
Este fin de semana pasado me terminé de leer UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD, de Jane Green, un libro que me compré un día sin pensar y sin echarle un vistazo previo. Sólo vi la portada y automáticamente lo cogí.

Seguramente, si me hubiera parado a leer el resumen en la parte trasera del libro, lo habría dejado en la estantería y habría buscado otro (salir de la FNAC con las manos vacías es impensable, claro). Porque el resumen de la contraportada es de lo más insulso que me he encontrado en bastante tiempo...
Un grupo de amigos sentados alrededor de los restos de una cena. Botellas vacías se apilan junto a los recuerdos y las noticias. Tienen treinta y tantos años, no se han visto desde hace mucho y les gustaría haberse reencontrado por un motivo más feliz que el que los reúne: su amigo Tom ha fallecido y ellos están en torno a él para recordarlo y rendirle así homenaje.

Sus vidas han cambiado desde que se encontraron por última vez. Paul está felizmente casado con Anna, pero no han podido realizar su deseo de tener niños. Saffron ha alcanzado su sueño de ser actriz y mantiene en secreto su relación amorosa con un conocidísimo actor. Por su parte, Olivia, la más tímida de la pandilla, se ha volcado en los animales del refugio que dirige, después de que su novio de toda la vida la abandonara. Por último, Holly está casada con el hombre perfecto, tiene dos hijos perfectos, vive en la casa perfecta... ¿o acaso no es así?
Esa última pregunta no puede ser más retórica. Si así fuera, no tendría un libro entre las manos...

En fin, al lío. Este grupo de personas (Paul, Tom, Holly, Saffron y Olivia) son amigos desde el instituto. Desde entonces, cada uno ha ido por un camino distinto; el único que ha mantenido el contacto con los demás es Tom. En un atentado en Estados Unidos, Tom muere, y se lo traen a Inglaterra para enterrarlo. Ése es el motivo de que los otros cuatro se reencuentren.

Y de repente, ¡voilà! Resulta que cuatro personas que no se ven desde hace casi 20 años, vuelven a ser amiguísimos sólo porque tienen un amigo en común que han fallecido. Cosa que me rechina un poco porque a mí, que también soy tengo treinta y tantos (el tantos es sólo UNO, que conste) como ellos, me cuesta acordarme del nombre de más de tres de mis amigas del instituto... Pero bueno, será que en el libro me describen la amistad verdadera.

En realidad, no sé si describen la amistad verdadera, pero sí me describen cientos y miles de los sentimientos de Holly, Olivia, Saffron y Paul. Ya he dicho alguna vez que las descripiciones de sentimientos unidos a poca acción me aburren soberanamente: pues éste ha sido el caso. La historia apenas ha tenido acción, pero sí una amplia incursión en los sentimientos sobre todo de Holly, quien, como es fácil adivinar a estas alturas, NO tiene una vida perfecta (hablando de la pregunta retórica) y se pregunta si realmente debería seguir con su marido Marcus, que es un pedante por no decir gilipollas, mientras tontea con el hermano de su amigo fallecido.

En fin, entre las soporíferas páginas sobre sentimientos y más sentimientos (¿cómo se pueden tener TANTOS sentimientos?), la poca acción, los diálogos místicos y profundos que no hay quien se los crea, y el escaso interés que me ha producido esta historia en general hace que no recomiende este libro por las razones antes descritas. Vamos, no se lo recomiendo a los que tengan gustos literarios parecidos a los míos, pero habrá quien encuentre interesante tanta inmersión en los sentimientos humanos...

Resumiendo: la trama -o sea: la acción- es escasa, y la que hay es muy previsible, apenas hay dinamismo, no hay humor... pero sí un amplio análisis del estado sentimental de los protagonistas, en particular Holly. Un libro también prescindible (qué racha llevo últimamente), que no merece más.
He tardado prácticamente un mes en terminar de leerme LOVE TRAINER, de Julia Llewellyn. Que haya tardado ese tiempo en leer 435 páginas de un libro de bolsillo ya habla por sí solo, pero aún así, voy a hablar (escribir) yo sobre esta historia.

Pero primero, ¿qué dice la contraportada?
A Katie Wallace le rompieron una vez el corazón y no va a permitir que le suceda más veces. Y, es más, no puede resistirse a consolar un corazón herido de cualquier otra mujer, empezando por el de su jefa Rebecca. Convencida de que los hombres sin amaestrar son como cachorros traviesos -creen que se saldrán con la suya mirándote tiernamente a los ojos; se escapan y suplican, arañando la puerta, que les dejes entrar; gimen cuando dices no...- y tras descubrir un oculto talento para el consejo, Katie se convierte en una profesional que ofrece un servicio único: es una entrenadora personal en el amor, capaz de responder a preguntas como ¿debería llamarle aunque no me haya llamado? Cuando vuelve borracho a las tantas y quiere..., ¿digo sí o no? ¿Se merece todo este esfuerzo incluso si no estoy segura de querer casarme con él? Pero, de verdad, ¿es posible enseñar a un hombre a comportarse de la misma manera que se enseña a un... perro?

Julia Llewellyn relata en su novela con brío y frescura cómo encarar las relaciones sentimentales. Con mucho humor, este libro dice verdades como puños, aquello que tu mejor amiga nunca ha tenido el coraje de decirte a la cara. Un libro divertidísimo y sabio sobre las relaciones de pareja.
Dejando de lado que si una cotraportada ya dice que el propio libro es divertidísimo es porque no lo va a ser, veamos qué pasa en realidad entre las páginas...

Tenemos a Katie, una chica que sabe muy bien cómo tratar a un hombre, al menos en teoría, aunque todo su conocimiento no lo aplicó con Paul y salió escaldada. Desde entonces, ella controla su vida sentimental, incluido Crispin, un bendito que la trata como una reina. Está tan segura de que su método (comparar a los hombres con perros, un poco insultante), que se dedica a dar consejos sobre relaciones a Rebecca -su jefa- y a sus tres amigas. Las cuatro son un caso clínico: una saliendo con un idiota que sólo la quiere para el sexo, otra colgada de un hombre casado, otra con un hombre demasiado malo y otra con un hombre demasiado bueno.

Los consejos de Katie, que no dejan de ser la lógica hecha verbo, los aprovecha Rebecca para lanzarla al mundo editorial, proporcionándole a Katie una columna, ya que a Rebecca sus pautas le han ido muy bien. Katie continúa analizando las relaciones de Rebecca y sus amigas, dando consejos que ella misma no siguió en su día, cosa que le pasará factura, claro: eso se sabe práctimente desde el minuto uno.

En realidad, me resulta complicado hacer un resumen de la historia porque, aunque no es excesivamente enrevesada, sí que está un poco diluida. Parece ser que la protagonista es Katie, pero los demás secundarios (Rebecca, Ben, Ally, Suzy, Jenny...) están tan metidos en la trama que casi todos tienen mucho peso. Además, todas las historias completas de estos personajes se van desarrollando a la vez, por lo que no es sencillo de explicar en pocas palabras.

Digamos que la narración tiene varios ejemplos de parejas tipo (las malas, no hay ningua ideal), que todos sabemos que no deben estar juntas. En este libro no se desvela nada que no sepamos, simplemente nos recuerda que hay uniones claramente perjudiciales pero que son habituales, y ya está. El único consejo es que se aplique el sentido común, nada más.

No puedo decir nada más positivo de la historia -pero sí voy a aclarar que a mí no me ha parecido divertida por mucho que me lo prometiera la contraportada-, aunque tampoco voy a calificarla de tostón supremo, pero sí que afirmaré que es un libro del montón (más que del montón: del montonuzo, que es peor) que no tiene mayor interés.
Decidí leerme CLAIRE SE QUEDA SOLA, de Marian Keyes, tras leer el último libro de la autora. Tengo toda su obra, pero he ido leyendo sus últimas novelas, dejando un poco de lado las primeras.

Por eso, he decidido que mientras ella escribe otro libro, yo me voy a poner al día con todos los demás y además en orden, así que el primero ha caído ya.

Empezamos a conocer a una de las hermanas Walsh:
Las desgracias se acumulan en la vida de Claire, todo hay que decirlo. Justo el día que da a luz a su primer hijo, la abandona su marido, que ni siquiera tiene la delicadeza de irse con una mujer más delgada que ella. Con una niña recién nacida, unos kilos de más y el cuerpo ensanchado y deforme después del embarazo, Claire se ve obligada a iniciar una nueva vida, demasiado consciente de que no es ni mucho menos una sílfide. Sin embargo, en su extravagante familia irlandesa encontrará un buen paño de lágrimas, y entre la risa y el llanto emprenderá una meteórica recuperación, siendo ella la más sorprendida. Las peripecias de una mujer despechada.
Bueno, la verdad es que la historia prometía: empezamos con un megadramón. Después de un parto, ya de por sí traumático, el marido de Claire la deja por otra. Cosa que destrozaría a cualquiera, claro. Así que Claire coje a su niña y se va a Dublín (ella hace su vida en Londres), a casa de sus padres -donde además de ellos, viven dos hermanas suyas-, a recuperarse y a aprender a cuidar de su hija.

Claire empieza a contar cómo se siente. Que si abandonada, despechada, humillada, celosa, irritable... Supongo que todo el mundo ha pasado por eso alguna vez. Pero para los que no (si se da el caso de alguien), aquí hay una descripción sumamente detallada de estos sentimientos. Tan detallada que en la página 115 no había pasado nada todavía: Claire estaba encerrada en casa, sintiéndose fatal, y dándole a la bebida. Unas páginas más igual. Luego, oh, milagro, sale a una tienda, pero vuelve pronto porque ha dejado sola a su bebé. Más páginas de lo mismo: sintiéndose un trapo. Luego aparece Adam, que es un chico amigo de su hermana Helen, que -cómo no- es muy guapo y le hace tilín a Claire. Luego, unas páginas más exclusivamente sobre lo que siente por Adam. A continuación aparece James, el marido de Claire, para hacer las paces. Más páginas sobre sus sentimientos sobre James, además de sus sentimientos residuales sobre Adam. Y así hasta al final del libro, que seguro que ya a estas alturas, todo el mundo deduce con quién se queda. And happily ever after!

O sea, que en 551 páginas apenas han ocurrido cuatro cosas. Eso de las peripecias de una mujer despechada no es exacto. O bueno, sí: peripecias en plural porque son dos.

Y claro, me he aburrido mortalmente. No me gustan nada las descripciones laaaaaaaaaargas y detalladas sobre sentimientos, aun a pesar de que tengan su pizca de humor como en este caso. A ver, están bien para cuando hacen falta, pero si constituyen la espina dorsal de una novela, para mí ya es un muermo. Me pasó lo mismo con otro libro, que se perdía tantísimo en autoexploración de sentimientos y análisis de pensamientos que me acabó por cargar.

Otra cosa que me esperaba es más humor, puesto que mucha gente me había dicho que era desternillante (sobre todo la madre de Claire), pero yo no le pondría ese calificativo. Tiene algunos puntos, bastantes, pero tampoco lo calificaría yo de libro divertido.

Y encima, para acabarlo de arreglar, los últimos capítulos me han confirmado lo que yo sospechaba desde el principio: Claire es un poco tonta, la verdad. Que acabe bien la historia sólo ha sido una iluminación de última hora para que al menos no tiremos el libro a la basura.

En definitiva: si alguien busca un poco de acción (de que pasen cosas, me refiero), éste NO es el libro adecuado. Pero si lo que se busca es una detallada descripción de los sentimientos de una mujer abandonada, aquí hay material para rato. A mí me ha resultado bastante aburrido, y no lo recomiendo.
Una dirección. Cuatro apartamentos.
Un edificio rebosante de energía.
Y un visitante extraordinario que está
a punto de cambiar sus vidas para siempre...
66 de la calle Star.
Es Marian.
Es Magia.

Ese es el parco y aburrido -incluso un poco pretencioso por las últimas dos palabras- resumen que se lee (si se consigue, porque han puesto unas letras verdes sobre un fondo rojo brillante que es una pesadilla para los ojos con según qué iluminación) en la contraportada de LA ESTRELLA MÁS BRILLANTE, de Marian Keyes.

En un tiempo récord de ocho días, me he leído las 584 páginas. La verdad es que no pensaba cogerlo hasta más tarde (el lanzamiento fue el 12 de Febrero si no recuerdo mal), pero sucumbí. Soy débil (ningún secreto a estas alturas). Estaba taaaaaaaaaaaaan apetecible en las estanterías de la FNAC que no pude resistirme. Y ya que lo tenía en casa...

Lo que dice la contraportada es escaso, prácticamente no pone nada, vamos. Si quieres una contraportada de verdad, de las que resumen algo, tienes que ir a la solapa interior de la contraportada, y ahí, con unas más legibles letras blancas sobre fondo negro, se puede tener una idea general de lo que te espera entre las páginas...
Bienvenidos al 66 de la calle Star.

En el ático vive Katie, jefa de relaciones públicas de una discográfica, que pasa sus días lidiando con estrellas del rock venidas a menos y pensando cuánta tarta de queso necesitaría comer para suicidarse.

Debajo de ella, comparten piso dos polacos musculosos y una taxista más lista que el hambre. La conductora se llama Lydia y además de una lengua afiladísima, tanto como su cerebro, también tiene sus debilidades.

El primer piso lo habita Fionn, un jardinero que prefiere la compañía de las coliflores a la de las personas. Tiene el aspecto de un príncipe de cuento y cuando le ofrecen presentar su propio programa en la televisión, siente que lo arrojan de repente al punto de mira de millones de personas.

En la planta baja residen Matt y Maeve, unos tortolitos enamoradísimos que evitan la desesperanza regalando favores a diestro y siniestro.

Un misterioso visitante acaba de aterrizar en el número 66 de la calle Star y con él llegarán muchos cambios. Secretos antiguos están abriéndose paso hacia la superficie en un camino que pasará por el amor, la tragedia y un optimismo inesperado. La vida de los vecinos de este edificio cambiará para siempre...
Lo primero que tengo que decir, aún a riesgo de que hordas de fans se me tiren a la yugular, es que en los libros que he leído de esta autora no encuentro ni una pizca de humor. Quizá exagero: hay tanto humor como en cualquier otra novela, pero no calificaría de desternillantes (ni de lejos) los libros que me he leído de ella -en contra de lo que he leído por ahí-.

Este libro, efectivamente, cuenta dos meses aproximadamente de la vida de una comunidad de vecinos de Dublín. Confome pasas las páginas, te sumerges en las historias de todos los personajes (en unos más que en otros), conociendo sus vidas, sus relaciones, sus circunstancias. Poco a poco las relaciones entre los vecinos se van estrechando, aparecen más personas que son nexos de unión... y se van revelando secretos que explican muchas cosas.

No quiero dar más detalles por miedo a desbaratar algo de la trama, no es mi intención porque creo que merece la pena que se lea este libro e ir descubriendo lo que pasa poco a poco. Lo único que quiero es aclarar que no se sabe cuánta tarta de queso hace falta para suicidarse (tal y como dice la portada).

Lo cierto es que me ha gustado mucho la forma de ir desvelando cada uno de los detalles de la vida de los personajes. La narración es muy correcta, no se hace pesada (el anterior libro se me hizo eterrrrrrrrrrrno). De hecho, diría que es ligera para los temas que en el fondo se están tratando. En definitiva, puedo decir que me ha parecido un buen libro. Lo único que critico es la poca credibilidad de el epílogo: un cabo suelto que al final ha sido atado con poca maña.

Por último, me gustaría comentar que Marian Keyes me parece una autora cada vez más seria, sobre todo en sus dos últimos libros. Aborda temas actuales y muchas veces espinosos con bastante manejo, lo cual es de agradecer. Lo cierto es que no he seguido su bibliografía (¿se dice así?) de manera lineal, sino que empezé con el primer libro que agarré del estante, así que no he sido testigo del proceso de madurez. Pero sí que noto que estas dos últimas obras son más elaboradas y sospecho que en sus principios no era tan madura -por eso ahora mi intención es ir leyendo sus libros en orden mientras le doy tiempo a escribir otro-. Creo que la etiqueta de chick-lit puede desanimar a personas y que no lean este libro, pero en esta ocasión, hay que quitarle etiquetas y sólo disfrutar de la lectura.
Me he dado un breve respiro de chick-lit (de vez en cuando lo hago), y he atacado EL SÍMBOLO PERDIDO, de Dan Brown, aunque suene raro en mí...

Cuando salió este libro, ví en un blog que no consigo volver a localizar, una viñeta donde salía el escritor con una bolsa de dinero siendo entrevistado por una periodista. Ella le preguntaba: ¿y por qué ha tardado tanto en sacar otro libro después de El Código Da Vinci?, y respondía este señor que no sabía que se le podía dar a Reemplazar Todos, jajajajaja...

Lo que aparece en la contraportada es esto:
Washington. El experto en simbología Robert Langdon es convocado inesperadamente por Peter Solomon, masón, filántropo y su antiguo mentor, para dar una conferencia en el Capitolio. Pero el secuestro de Peter y el hallazgo de una mana tatuada con cinco enigmáticos símbolos cambian drásticamente el curso de los acontecimientos. Atrapado entre las exigencias de una mente perturbada y la investigación oficial, Langdon se ve inmerso en un mundo clandestino de secretos masónicos, historia oculta y escenarios nunca antes vistos, que parecen arrastrarlo hacia una sencilla pero inconcebible verdad.

Con la ayuda de Katherine Solomon, hermana de Peter y experta en ciencias noéticas, Robert Langdon tiene doce horas para salvar a su amigo y, al mismo tiempo, evitar que uno de los secretos mejor guardados de nuestra historia caiga en las manos equivocadas...
Este libro de puede resumir en esta breve frase: es una novela de Dan Brown. Es decir: la cosa empieza por un gran secreto de dimensiones increíbles que está relacionado con un grupo ultrasecreto que pervive a través de los tiempos, PERO que está a la vista de todos codificado por todas partes y nadie hasta ahora se había fijado. Por supuesto, Robert Langdon se ve en medio de todo el follón, y como es experto en decodificar cosas, al final descubre el fabuloso secreto, pero es tan apabullante para la Humanidad que se lo calla como si nada hubiera pasado.

Tal que esta podría ser otra historia. Si quieres más: http://probar.blogspot.com/.

Y si sé cómo va a ir el asunto porque siempre es igual, ¿por qué leo estos libros?

Pues porque me gustan, así de sencillo. Me gustan porque me engancha la forma de escribir de este autor, de dividir el libro en más de cien capítulos cortos que te dejan el corazón en vilo y te hacen leer un poco más...

Es cierto que aunque me mantiene animada casi todo el libro, la ida de pinza final que invariablemente tiene Dan Brown me decepciona un poco. Pero como ya me cosquillean en los dedos las páginas finales y además soy consciente de que va a pasar igual que siempre, se lo perdono porque ha conseguido captar mi atención y hacerme elucubrar sobre la conspiración durante casi toda la lectura.

Sobre Dan Brown, tengo que decir que creo que las críticas han sido excesivamente feroces con él (sobre todo con El Código Da Vinci). Me parece que en general, olvidamos de que se trata de un escritor de CIENCIA FICCIÓN y por tanto sus historias son inventadas. Se podrá apoyar en hechos constatados más o menos ciertos, pero luego él puede manipularlos como mejor le venga para hilvanar su historia: de éso se trata. Se le acusó de no estar bien documentado y de tener muchas inexactitudes históricas... ¡Vamos! Es un libro. Si quieres datos correctos y reales, consulta una enciclopedia y no una novela de Dan Brown. Por favor. Al menos, consigue despertar curiosidad (a mí me hizo consultar la obra de Alberto Durero y de investigar sobre los masones), cosa que otros no han conseguido nunca.

¿Que si me ha gustado el libro? A mí sí. ¿Lo recomendaría? Pues a lo mejor no, porque es un libro que simplemente entretiene, y mucha gente busca algo más y con este libro no tendrían bastante. A mí me vale. No soy muy sibarita en mis lecturas: no se me verá con ningún libro de Paulo Coelho (por ejemplo) porque no me gustan. Yo prefiero lecturas sin complicaciones que no tienen una calidad literaria con opción al premio Planeta, pero mira, a mí me gustan...

...y sobre gustos, no hay nada escrito.
Hace poco acabé HABLEMOS CLARO, de Jane Green. Me parece que éste es el quinto libro que leo de esta autora, y no me acaba de convencer. Algunos de sus libros me han gustado -sin más-, y otros no. Creo que tiene potencial, tengo fe en que alguna de sus historias va a encantarme de verdad... Por eso cuando veo uno de ella en la librería, pienso: ¿y si va a ser éste?

Desde luego, la contraportada no me daba muchas pistas...
¿Eres como Tash, soltera, a la búsqueda de... y encima productora del programa de televisión más popular de Reino Unido, con un jefe de pesadilla? Tash tiene bastante experiencia en las tribulaciones de una chica de hoy para tener citas con hombres: ni ella ni sus tres amigas íntimas han conseguido vivir el cuento de hadas con el que crecieron: Andy, siempre está enganchada a la pasión; Mel, a su relación con un indeseable, y Emma, a esperar con impaciencia a su media naranja. Y los hombres que las rodean no es que las ayuden demasiado: Andrew, atractivo, amable y narcisista hasta la médula; Simon, alérgico al compromiso y peligrosamente traicionero, o Adam, guapo, bondadoso, con sentido del humor pero demasiado blando para resultar sexy...

Sigue a todos ellos en su búsqueda de la satisfacción y del derecho a amar y ser amados en esta divertida novela, dolorosamente honesta, a veces triste, pero siempre deslumbrante y tierna.
Bueno, vamos a veeeeeeeeeer... Le doy un ni fú ni fá.

Estoy un poco cansada de los grupos compuestos por cuatro mujeres (por lo visto no existen grupos de tres, cinco o seis amigas: tienen que ser cuatro), en las cuales hay una guay confusa en cuanto a hombres se refiere, otra devoramachos, otra un poco pava o cándida y la otra... Bueno, la cuarta en discordia apenas aparece en esta historia, por lo que no puedo ponerle un adjetivo correcto.

Procedo a destripar la historia: este libro trata sobre Anastasia, o Tasha, una realizadora de televisión que resulta que está traumatizada porque una vez se enamoró, y el hombre en cuestión la dejó por otra cuando ella empezó a caminar más rápido que él (el tema de dejar el cepillo de dientes en casa de él, asunto que se ve abordado una y otra vez en la Cosmopolitan: una revista a tiempo igual le hubiera enseñado cómo actuar). Desde entonces ha ido saltando de flor en flor, acostándose con cualquiera que le resultara mínimamente atractivo, mientras va a una terapeuta a hablar de sus problemas con los hombres. Ah, por cierto: ni rastro de ese supuesto jefe de pesadilla.

Tasha tiene un abnegado amigo, Adam, que ve todos sus escarceos amorosos pero aún así sigue a su lado, porque es su mejor amigo. Prácticamente desde el principio está claro que Adam está enamorado de Tasha (cómo no), y resulta que el chico es una joya: es atractivo, le gusta ella tal y como es, y encima la trata como una reina. ¿Qué más se puede pedir?

Pues como es lógico y estaba cantado, Adam decide confesarle a Tasha lo que siente por ella de una vez por todas, y aunque ella no está convencida del todo -porque es su amigo-, decide darle una oportunidad. Todo va de maravilla, pero ella no para de pensar que en su perfecta relación falla algo... y se obsesiona cada vez más hasta que lo estropea todo.

A partir de ahí, se puede decir que todo gira sobre que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.

La protagonista me cae mal de verdad, porque es la típica persona que siempre quiere más, más y más y nunca está contenta con sus elecciones. Su egoísmo y esa forma de ver las cosas hace que muchas veces esté jugando con las personas de su alrededor. Por eso me parece muy injusto que nadie le ponga los puntos sobre las íes, que su amiga (la única medianamente lista en toda la historia) le perdone cuando no debería volver a hablarle nunca, y que encima todo acabe bien. No, no, no y no. De vez en cuando, la cosa debería acabar como debería. Porque en realidad, las cosas no siempre acaban bien. Y en este caso, ella ni siquiera se merecía un happy ending.

Aparte de juzgar a la protagonista, y decidir que debería haber salido peor parada, el libro no me ha aportado nada: me ha parecido simplemente pasable. No ha despertado en mí más que el deseo de que se hiciera justicia y la chica tuviera su merecido, sólo eso. Una narración correcta, un poco aburrida a veces. Una historia común y previsible. Un final inmerecido (vuelvo a repetir). En resumen: no merece la pena.