Por fin -después de más de un mes- me he terminado de leer la trilogía más famosa de los últimos tiempos (al menos, eso dice mucha gente). LA REINA EN EL PALACIO DE LAS CORRIENTES DE AIRE, de Stieg Larsson, es la última de las aventura de Mikael y Lisbeth, aunque según leí en algún sitio, estaba previsto que la saga continuara, pero la muerte del escritor sólo nos dejó estas tres novelas.

La contraportada de este libro nos indica lo siguiente:
Los lectores que llegaron con el corazón en un puño al final de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina quizás prefieran no seguir leyendo estas líneas y descubrir por sí mismos cómo sigue la serie y, sobre todo, qué le sucede a Lisbeth Salander.

Como ya imaginábamos, Lisbeth no está muerta, aunque no hay muchas razones para cantar victoria: con una bala en el cerebro, necesita un milagro, o el más habilidoso cirujano, para salvar la vida. Le esperan semanas de confinamiento en el mismo centro donde un paciente muy peligroso sigue acechándola: Alexander Zalachenko, "Zala". Desde la cama del hospital, y pese a su gravísimo estado, Lisbeth hace esfuerzos sobrehumanos para mantenerse alerta, porque sabe que sus impresionantes habilidades informáticas van a ser, una vez más, su mejor defensa.

Entre tanto, con una Erika Berger totalmente inmersa en las luchas de poder y las estrategias comerciales del poderoso periódico Svenska Morgon-Posten, en horas bajas tras el descenso de las ventas y de los anunciantes, Mikael se siente muy solo. Quizás Lisbeth le haya apartado de su vida, pero a medida que sus investigaciones avanzan y las oscuras razones que están tras el complot contra Salander van tomando forma, Mikael sabe que no puede dejar en manos de la Justicia y del Estado la vida y la libertad de Lisbeth. Pesan sobre ella durísimas acusaciones que hacen que la policía mantenga la orden de aislamiento, así que Kalle Blomkvist tendrá que ingeniárselas para llegar hasta ella, ayudarla, incluso a su pesar, y hacerle saber que sigue allí, a su lado, para siempre.
Lo siento mucho, pero lo único que tengo que decir es que esta tercera entrega es más de lo mismo. Una espesísima historia lenta a más no poder llena de nombres y apellidos suecos, promiscuidad, café y sándwiches. Y de repente, cuando ya has leído la mitad, es como si el autor se diera cuenta de que se ha dormido en los laureles y mete el turbo, precipitando la historia y demostrando que se podía haber hecho lo mismo con menos páginas y se habrían salvado algunos arbolitos.

Me pasó con la primera parte, me volvió a pasar con la segunda parte y esta tercera estaba cantada que iba a ser igual, peeeeeeeeeero la saga había que acabarla. Ya era una cuestión de orgullo.

Ante la pregunta de si me ha gustado, la respuesta que me sale del alma es: bah. No está mal, la historia es entretenida y tal, pero NO es una maravilla, y desde luego, en mi opinión, no se merece todo el bombo que se le ha dado (que yo creo que en parte es porque el autor es sueco y no estamos acostumbrados a tener literatura de aquellos lares). Mi recomendación a la Humanidad es que pase de los tochos y vea directamente las adaptaciones cinematográficas, que son bastante fieles: de esta forma se ahorra un tiempo precioso.

Y ya como último comentario, no me ha quedado nada claro por qué este último libro se llama así. Los otros dos sí tenían su explicación, ¿pero este? Tengo la curiosidad de saber cuál sería la traducción literal de los títulos de esta saga...
LAS RUBIAS DE LA QUINTA AVENIDA, de Plum Sykes, me lo agencié en una estación de tren para que un largo viaje se me hiciera más corto en la medida de lo posible.

Es la típica lectura de tren/metro, cuya principal característica es que sea sencilla, que no necesite ningún tipo de concentración y que admita traqueteos e interrupciones varias. Que puedas dejarlo en el punto que sea hasta el próximo viaje sin que te comas las uñas. Que no te cueste retomarlo en absoluto.

La sinopsis de este ejemplar de lectura de tren/metro es la siguiente:
Con más ropa de Marc Jacobs de lo que se considera decente, nuestra heroína, que se llama a sí misma moi (pronúnciese «muá», a la francesa), está viviendo en el centro de la alta sociedad neoyorquina, un mundo en el que las mechas rubias a 450$ cada trece días en la peluquería de los exclusivos almacenes Bergdorf son imprescindibles. ¿Conseguirá moi ser feliz rodeada por las rubias de Bergdorf, con la dedicación que supone ser una chica preciosa, de cabello muy rubio, piel perfecta y con una vida increíblemente fantástica? ¿Le servirá su dominio intermitente del francés, sus viajes en jet privado, su tolerancia hacia las que llevan modelos de la temporada pasada, para superar su falta de «prometido»? Es más, ¿podrá resistir las constantes y recalcitrantes llamadas de su madre exigiéndole que se case con su vecino el conde?

Plum Sykes retrata con frescura y descaro un mundo que conoce desde dentro y consigue una sátira divertidísima sobre las pobres niñas ricas que lo único que buscan en la vida es l'amour... Y un nuevo par de tejanos Chloé...
Este libro es un claro quiero y no puedo. La idea era simple en teoría: cojo un tema más que trillado tanto en películas como en series de televisión (los niños ricos de Nueva York), y lo ridiculizo de forma divertida.

Pero eso último no es tan sencillo. Escribir un libro que REALMENTE haga reir no es fácil; es más, yo diría que es de lo más complicado que hay. En esta ocasión la autora ha conseguido una absurda, vacía y ridícula trama -que a lo mejor es lo que pretendía- que no tiene nada de gracia -y eso seguro que sí lo pretendía-. Por lo menos, a mí no me lo ha hecho. Por supuesto tiene algunos puntos graciosos, pero pocos, y con ellos no se sostiene todo el libro. Ha sido necesario un papel secundario, el de Julie, casi más importante que el de la protagonista, para dar continuidad a la historia que por lo demás se podía haber hundido en el segundo capítulo.

Una lectura absolutamente prescindible que para lo único que ha servido es para tenerme entretenida en dos o tres viajes, y poco más.
Ataqué A PRUEBA DE BOMBA, de Emily Giffin, después de mi anterior pequeña decepción, porque no me podía creer que esta autora (que me había gustaba tanto), hubiera escrito un muermo como aquel. Vale, todos tenemos derecho a equivocarnos, por eso le dí una oportunidad a esta historia, tras la que había ido bastante tiempo.
Primero llega el amor. Después, el matrimonio. Y luego... ¿la maternidad? ¿No es esto lo que todas las mujeres desean? Desde luego no Claudia Parr, y justo cuando ya ha desesperado de encontrar a un hombre que piense lo mismo conoce al cálido, maravilloso Ben. Las cosas parecen demasiado buenas para ser ciertas: se han enamorado y han decidido romper con la tradición de "no hay matrimonio que sobreviva sin hijos, eso en el caso de que sobreviva". Pero entonces lo inesperado sucede: uno de ellos ha cambiado de opinión. Uno de ellos, después de todo, quiere tener hijos...

Esta historia habla sobre lo que ocurre en la pareja perfecta cuando ambos dejan de querer lo mismo. Sobre estar seguro del tipo de vida que llevas y de repente darte cuenta de que nada es como pensabas que debía ser, y que no existe compromiso posible. Es sobre decidir qué es más importante en la vida y aprovechar las oportunidades para obtenerlo. Pero, sobre todo, es sobre las cosas que hacemos ­o que no hacemos­ por amor.
Ahhhhhhhhhh... Mucho mejor.

Sí, porque además me lo leí en una semana, todo un récord si tenemos en cuenta la escasez de tiempo que sufro últimamente (de hecho, el Domingo pasado creo que no hice otra cosa que no fuera devorar páginas y páginas hasta acabarlo).

Me ha gustado mucho la historia porque me siento plenamente identificada con Claudia en cuanto a su forma de pensar con respecto a los hijos: sus razones son casi las mismas que manejo yo en mi cabecita. Por fin parece que hay más mujeres en el mundo que no están ansiosas por tener descendencia, que no es algo tan raro. Que es algo que pasa, pero que a lo mejor no se dice tan abiertamente por miedo a no sonar natural...

Al margen del tema que se trata, la forma de narrar (que era lo que me preocupaba) me ha parecido estupenda. Esta vez la autora no se solaza en analizar todos y cada uno de los gestos, pensamientos y sentimientos de los protagonistas, sino que deja que haya una dinámica adecuada a lo largo de todo el libro, parándose donde debe y extendiéndose lo justo, de una manera -a mi parecer- bastante correcta y atractiva de cara al lector. Con una fluidez natural vamos viviendo lo que sucede en la vida de Claudia, sin recrearnos en detalles nimios como ocurrió con el otro libro; simplemente hacermos una parada en lo esencial para dar el paso siguiente.

Es decir: tanto el ritmo como la narración me han parecido muy amenos.

En cuanto a la historia en sí, ésta parte del matrimonio de Claudia y Ben, que se casan, además de porque se gustan porque comparten una idea sobre los hijos poco común. De hecho, esa peculiaridad es uno de los pilares principales de su matrimonio. Sin embargo, un fuerte I.P. (equivalente masculino del I.M.) sacude la vida de Ben, que simplemente se plantea que igual está equivocado en cuanto al tema de la descendencia, en lo que a mí me parece un arrebato transitorio patrocinado por Nenuco (or whatever). Un cambio de parecer tan radical -que no estamos hablando de teñirse el pelo- acaba con el contrato matrimonial de Claudia y Ben, por lo que ellos mismos pasan al siguiente nivel: ¿y ahora qué? Separados, cada uno busca lo que quiere, Claudia en sus trece y Ben con su nueva forma de ver la vida.

Como voy a recomendar esta lectura, no daré más pistas sobre la trama... De verdad creo que es una historia que merece la pena leer, ya que no es una historia de amor convencional, sino que tiene en cuenta bastante más aspectos que vivimos día a día. Es decir, me parece muy real y precisamente ahí radica su encanto. Dadle una oportunidad, no os arrepentiréis.
Por falta de tiempo he tardado bastante en terminar de leer EL HOMBRE DE TU VIDA, de Emily Giffin. Por eso y porque no me ha enganchado especialmente: si lo hubiera hecho, habría buscado tiempo de donde no lo había para acabarlo.

La contraportada ya avisa de qué hay entre las páginas...
Esta es una historia para todas aquellas que alguna vez se han preguntado: ¿cómo puedo querer de verdad al hombre con el que estoy si no puedo olvidar al novio que se fue?

El matrimonio de Ellen y Andy no solo parece perfecto, es que lo es. No hay grietas en la devoción que se guardan, ni en el modo natural que tienen de sacar lo mejor el uno del otro. Pero en una tarde fatídica, Ellen se topa con Leo por primera vez en ocho años. Leo, el tipo que sacó lo peor de ella. Leo, que la dejó con el corazón partido y sin dar explicación alguna. Leo, a quien no ha podido olvidar del todo. Cuando el reencuentro destapa emociones aletargadas durante mucho tiempo, Ellen empieza a preguntarse si la vida que lleva es la que realmente desea.

Una novela intensa sobre una mujer en la encrucijada del amor verdadero y la vida real.
Bueno, yo lo habría resumido así: Ellen es una fotógrafa que lo primero que hace es encontrarse con su ex-novio periodista, luego él la llama para ofrecerle un trabajo (hacer un reportaje a un famoso), ella no le dice nada a su marido de que su ex-novio ha sido quien le ha conseguido el trabajo, el matrimonio se muda cerca de la familia de él y luego el ex-novio la vuelve a llamar para hacer otro trabajo y ya está. Esa poca acción durante 382 páginas. Luego hay cosas secundarias, como la amistad de Ellen con su hermana o con su cuñada, pero no aportan ningún dinamismo a la historia.

Y esa poca chicha se estira taaaaaaaaaanto porque Ellen es una pánfila sin personalidad que no sabe apreciar lo que tiene y que se entretiene en dar vueltas y más vueltas sobre lo mismo. Analiza absolutamente todo un mínimo de cinco veces y luego otra más por si acaso se le ha escapado algún microscópico detalle, se obsesiona con todo (vale, vale, porque tiene un TOC), utiliza todas las conjugaciones del condicional, y no deja de ser más sobre lo mismo una y otra vez.

Realmente, lo que Ellen analiza (el ¿qué habría pasado si...?) es lo que todas hemos analizado alguna que otra vez, porque más o menos, todo el mundo ha pasado por eso. No creo que haya nadie que no se haya preguntado alguna vez qué habría sido de sí mismo si en una decisión crucial, el camino elegido hubiera sido otro. El fantasear con una vida paralela donde vivimos en base a las decisiones que no tomamos es algo común, pero no puede ser una obsesión. Se debe tener claro que es eso: una fantasía, y hay que vivir el here and now porque es lo que tenemos, lo que tocamos, lo que sentimos. Los condicionales están bien para pensar un rato, pero ya está. El ¿y si...? no debería poner nunca en peligro el presente, porque desde aquella decisión -sea la que sea- ha llovido demasiado y ya nada es lo mismo, ¿verdad?

Normalmente, me gusta mucho cómo escribe Emily Giffin porque dibuja con palabras unos sentimientos que casi reconozco como míos (en este caso, por ejemplo, la descripción de cómo se sintió Ellen en su primera relación, es dolorosamente cercana a mi propia experiencia). Sin embargo, en esta ocasión, creo que se ha ahogado demasiado en comeduras de tarro y debería haber desarrollado un poco la historia: en mi opinión, ha habido poca acción para tanto libro.

En definitiva: me ha aburrido bastante, aunque no puedo decir que la narración no tenga calidad.
Mi relación con ALTAR EGO, de Kathy Lette no ha sido buena. En absoluto. Desde que lo ví por primera vez ha sido uno de esos libros a los que les das vueltas muchas veces: lo coges, lo miras, no te disgusta pero tampoco te llama demasiado así que lo dejas en la estantería de la librería para mejor ocasión. Y así sucesivamente hasta que lo ves rebajado y piensas que de esta forma sí merece la pena.

Porque de otra forma, una sinopsis tan escasa no atrapa a nadie...
Rebecca tiene 32 años. Su novio, Julian, es un abogado de éxito, guapo, elegante y con dinero. Viven juntos desde hace tiempo y les va bien. Pero entonces, ¿qué necesidad tiene ella de estar vestida de novia en medio de flores, regalos y nervios mientras sus amigas, Anouska y Kate, hacen de ángel y demonio, respectivamente, susurrando en sus oídos, mientras Julian espera frente al altar? Una ventana lo suficientemente grande es toda una invitación... Por si acaso, la boda tendrá que esperar.
Advierto que a continuación voy a rajar, y de lo lindo, sobre este libro, incluyendo spoilers como catedrales. Bueno, lo que voy a hacer es destripar toda la trama, que no tiene desperdicio.

En realidad, debí seguir mi instinto la primera vez que me dijo que dejara de leerlo, al segundo capítulo, porque estaba siendo un horror. Sin embargo, me obligé a seguir adelante un poco más: malísimo tiene que ser un libro para que me lo deje a medias. Tenía la esperanza de que cambiara... Pero no lo hizo. Y la puntilla me la dió en la página 304, cuando el libro dió un salto atrás en el tiempo y me llevó otra vez a la página 225 (pero no era un error de numeración, no: eran páginas repetidas), y luego de la 248 salté de nuevo hacia delante en el tiempo hasta la página 337. Unas cuantas páginas perdidas, aunque se deducía claramente lo que pasaba en ellas...

Pero bueno, de éso la autora no tiene la culpa. Claro que ella solita se había encargado de que su libro me pareciera horrendo.

Para empezar, Rebecca Steele me cae mal porque es una mujer egoísta que no mira más allá de su propio ombligo, y que durante toda la historia te apetece escupirle en un ojo. ¿De verdad? Sí, porque el día de su boda (no antes, claro), decide que no se quiere casar porque el matrimonio es horrendo y bla-bla-bla, así que salta por la ventana (literalmente). En esto que se encuentra a su novio, pánfilo como él solo, y le cuenta que se ha cagado y que no quiere casarse, así que se cancela la boda. Ea. Tan normal. Luego ellos dos siguen viviendo juntos porque el tal Julian (el novio) es tan abnegado como gilipollas. Después de esta anécdota sin importancia de cancelar su boda, se van a otra, donde aparece un cantante rapero de color, y Rebecca decide tener sexo oral con el chico: también lo más normal.

Más tarde, Rebecca decide casarse con Julian, así, porque se le cruza un cable, y lo hacen en un juzgado, sin decírselo a nadie. A continuación Julian le monta una fiesta a Rebecca y ella se lo hace con el rapero en su casa, que encima coincide con que es cliente de Julian, quien los pilla en faena. Por fin a Julian le corre algo de sangre en las venas y le monta una escenita a Rebecca. Lo siguiente es que ella se va a vivir con el rapero mientras comienza el divorcio. El representante del rapero la acosa sexualmente (no recuerdo muy bien cuándo). Ella se da cuenta de que en realidad le gustaba Julian, pero ahora él no quiere volver con ella ya que se está acostando con la mejor amiga de Rebecca mientras ella le acosa.

Pero no importa, porque al final a Julian le parece estupendo acostarse con Rebecca, todo eso a espaldas de las parejas de ambos (la amiga y el rapero respectivamente). Después Rebecca se queda embarazada, otra anécdota más, pero pierde al bebé que no se sabía de quién era. A todo esto, Julian deja a una amiga de Rebecca y va a por la otra amiga (todo queda en un reducido círculo de amistades), y se va a casar con ella. Entonces Rebecca va a verlo a su boda y él se escapa para irse con Rebecca igual que ella se escapó al principio de su propia boda.

UN AUTÉNTICO BODRIO.

Porque además, resulta que la narración es horrorosa: se nada en hipérboles de todo tipo que te alejan de lo que en realidad se quiere decir. Tanto es, que llega un momento que no está claro lo que se está contando. Algo parecido a lo que me pasó con otro libro, que tanta exageración para ser gracioso termina hartando y siendo un lastre. Por si eso fuera poco, la autora abusa de juegos de palabras en inglés que no son traducibles al resto de los idiomas, y por mucho que los traductores, con sus notas, intenten aclarar los sinsentidos, son demasiados como para ser tolerables.

¿Que si he acabado ya? No.

Todavía me queda algo que no soporto: la falta de imaginación y el anarroseo indiscriminado.

El novio pánfilo y cretino, Julian, es abogado de Derechos Humanos. ¿De qué me suena eso? Ah, sí, igual que Mark Darcy, el de Bridget Jones.

Rebecca pasa un rato humillante porque acude a una fiesta disfrazada de algo ridículo y ella es la única que lleva disfraz. ¿De qué me suena eso? Ah, sí, igual que le pasó a Bridget Jones, en una fiesta, ella iba de conejito.

La "prueba" de que Julian quiere a Rebecca es aparecer en un juicio porque ella se ha metido en un lío, y gracias a él, ella queda exculpada y libre de toda sospecha. ¿De qué me suena eso? Ah, sí, igual que hizo Mark Darcy cuando Bridget Jones estaba en una cárcel de Tailandia.

Seguramente habrá más, pero estas son las más cantosas... Y vamos, a mí no me haría ninguna gracia si fuera Helen Fielding, por mucho que se mencionara El Diario de Bridget Jones en el libro, aún poniéndolo bien y todo.

En fin, por si no ha quedado claro: que NADIE pierda su precioso tiempo (y mucho menos su dinero) en este bodrio de poca calidad literaria y que además hace aguas por todas partes. Lo he advertido, y quien avisa no es traidor.
A pesar de que en teoría tengo bastante tiempo libre, paradójicamente he tardado bastante en terminarme este libro debido al aplatanamiento superlativo que tengo estos días en lo alto. Es decir: no ha sido culpa de HOMBRES, BEBÉS Y TODO LO DEMÁS, un libro de Jane Green que, según dicen, nos habla con ternura de algo que, al menos una vez en la vida, toda mujer tiene en mente: tener -o no tener- un hijo.

Y nos lo cuenta a través de tres historias:
El amor entre Julia y Mark se ha desgastado con el paso del tiempo. A veces, Julia piensa que un bebé podría ayudarles, pero ¿es, realmente, la respuesta a sus problemas?

Maeve es totalmente alérgica a la maternidad. Acelera el paso cada vez que ve un cochecito. Una noche de fiesta, un ligue, un descuido... y un embarazo no deseado, pero ¿está segura de que no quiere seguir adelante?

Samantha está completamente absorbida por su bebé. Pero ¿cómo se siente Chris, su marido, ahora que su mujer se ha vuelto inaccesible? Y la obsesión de Samantha, ¿es saludable?...
Efectivamente, el libro se divide en tres partes, cada una desde la óptica de una de sus protagonistas. Las tres son unas treintañeras exitosas en un punto clave de sus vidas como mujer. Julia está intentando obsesivamente quedarse embarazada para salvar una relación que hace aguas por todas partes. Emperrada como está en que ésa será la solución, sin quererlo precipita un fin a todas luces cantado y decide marcharse para aclararse y descubrir qué quiere realmente. Maeve es la antítesis de Julia: le sale un sarpullido sólo con estar cerca de un bebé y le produce alergia una conversación de embarazos o pañales, pero de repente se ve con un hijo creciendo en sus entrañas y su óptica cambia completamente a la vez que lo hace su cuerpo. Samantha ya ha pasado por todo eso y tiene a su pequeño en brazos, está en la siguiente fase: cuando dejas de ser mujer para pasar a ser madre a tiempo completo, y cambia todo, sobre todo el carácter. Al final las tres mujeres acaban enlazándose de un modo u otro, y eso le da más sentido a la historia completa.

Con un estilo sencillo y directo, como a mí me gusta, estas tres historias han desfilado ante mis ojos dejándome un buen sabor de boca. Me sentí muy identificada con Maeve (hasta que se quedó embarazada, claro). Yo soy como ella o peor, así que deduzco que no estoy sola en el mundo. Me ha agradado la forma que ha tenido la autora de reflejar cómo se puede sentir una mujer con respecto a la idea de tener hijos (en varias posturas), con naturalidad y sin asomo de culpa, y qué puede pasar a tu alrededor mientras tú ves el mundo a través de tus ojos. Es una lectura muy recomendable para quienes de vez en cuando le dan vueltas a la idea de la maternidad, como yo.
En mi otro blog, ya conté que a través de una promoción de Bloguzz y de la mano de Random House Mondadori, recibí en casa un ejemplar en pruebas del libro MARCELO EN EL MUNDO REAL, una obra de Francisco X. Stork, un desconocido (para mí) escritor mexicano que actualmente trabaja como abogado en Boston.

La historia que encierran las páginas del libro es la siguiente:
Sí, es cierto, Marcelo Sandoval oye música dentro de su cabeza. También es verdad que Marcelo se pierde si se le deja solo en un lugar que no conoce y que se lo toma todo en un sentido literal.

Padece el Síndrome de Asperger, un leve autismo. Desde siempre ha asistido a una escuela especial donde se siente valorado y protegido. Pero un verano antes de acabar la secundaria, su padre le propone un reto: que trabaje en su bufete de abogados. Este desafío le hará enfrentarse al "mundo real", un lugar que siempre le ha aterrado. Este verano, Marcelo descubrirá sentimientos como la envidia y la competitividad, la ira y el deseo. Marcelo aprenderá también lo que significa sufrir ante la injusticia.

Un despertar que le hará entender mejor sus propias emociones y conectar con las personas de su alrededor. Descubrirá que, en realidad, no es tan diferente a los demás.
Me ha llegado al alma esta sinopsis. Últimamente he leído bastante sobre el Síndrome de Asperger, un trastorno de la personalidad que impide a la persona que lo sufre reconocer los estados emocionales ajenos. Es decir: no son empáticos. En el peor de los casos, una persona afectada podría no saber qué significa una sonrisa... Quienes sufren este trastorno son personas por lo general muy inteligentes, pero que encuentran dificultades (a veces serias) en su relación con los demás; por ejemplo se sienten incómodos al contacto visual, no captan la ironía, no distinguen una pregunta retórica...

En realidad, reflexionando un poco sobre este transtorno, parece que no nos damos cuenta de lo fácil que nos resulta relacionarnos con el entorno sabiendo interpretar los gestos de las personas. ¿Cómo sería un día de mi vida si yo fuera como Marcelo?

El libro me lo he leído en tres días, porque no es excesivamente extenso. ¿Qué me ha parecido? Pues me ha gustado MUCHO. La historia es muy tierna pero dura a la vez, la lees y eres testigo de cómo una inocencia inmaculada se rompe en mil pedazos. De cómo un corazón despierta al amor con latidos leves al principio y rabiosos al final. De cómo se aprende a elegir la opción menos mala. De cómo se empieza a ser consciente de que en el mundo hay demasiado sufrimiento...
Mi última lectura ha sido TREINTA Y CERO, de Lisa Jewell. Por supuesto, este año tenía que leérmelo porque el año que viene no me valdría, no me sentiría identificada, jejejeje... Pero mira, ya lo acabé.

Lo que nos vamos a encontrar entre las páginas del libro es esto:
Cuando Delilah se cruza de nuevo en el camino de Dig Ryan, la caprichosa jugada del azar poner de los nervios a Nadine, cómplice y colega de Dig desde el instituto. Ya en el colegio Delilah era la pesadilla de Nadine y ahora regresa poniendo en peligro su relación con Dig. Claro que, ya es hora de admitir lo que antes se negaba: Nadine está enamorada de Dig y, de hecho, ¡siempre lo ha estado! Y la mejor prueba es que empieza a comportarse del modo más torpe e infantil posible con resultados previsibles. Un sinfín de calamidades se desencadena y termina por confundirlo todo y a todos, aunque de paso revelan que las personas suelen ocultar muchos más secretos y contradicciones de lo que aparentan.
Pues a pesar de que es un libro como casi todos los anteriores que he leído, que sabes cómo va a acabar la cosa, que sólo te preguntas qué variante de la historia te vas a encontrar esta vez (porque, seamos sinceros: las chick-lit son casi todas iguales y el final está más que cantado), lo cierto es que me he llevado una grata sorpresa. Me ha gustado mucho.

No es que la historia de Dig y Nadine, con Delilah en medio de los dos, sea novedosa. El motivo por el que me ha gustado este libro es por la forma de narrar y contar las cosas: me ha parecido que era cercana, directa, parándose en lo que se tiene que parar. No niego que en algunos momentos las descripciones podrían haberse acortado, y algunas escenas eran sórdidas de más y dan un poco de repelús, pero en general, se me ha hecho muy amena la lectura de este libro.

Al margen de las formas, el fondo viene a ser también bastante entendible: ¿quién no ha tenido un personaje en el colegio que le hacía sentirse inferior? (Yo tenía una, ¡me la he encontrado en FaceBook!) Y si cuando ya lo has olvidado, tienes tu vida y tal, vuelve a aparecer, ¿qué haces? Sobre todo si no es un encuentro fortuíto, de dos besos, cómo estás, muy bien, adiós muy buenas; sino que representa una amenaza para tu vida actual. Seguramente no pienses que en 20 años la gente pueda cambiar, en tu cabeza siempre estará la personita que te marcó la infancia, con el mismo carácter pueril que tanto mal te hizo... Te pondrás a la defensiva, como antes, y volverán los jueguecitos de antaño. Solo que las cosas ya no son como en el colegio y tú, cegada de pánico, no te darás cuenta.

Volviendo a la historia, insisto en que la recomiendo, puesto que a pesar de no ser especialmente extraordinaria, es cercana, está bien escrita y el final está bien montado, con alguna que otra sorpresa dentro del predecible final.
Durante las vacaciones he ido leyendo este libro, poquito a poco. CAMBIO MI VIDA POR LA TUYA, de Jane Green. Lo que se encuentra entre las páginas del libro es lo que cuenta la contraportada.
¿Verdad que siempre soñamos con lo que no tenemos? La soltera independiente sueña con el marido ideal y con hijos monísimos y encantadores. La madre de niños pequeños añora la independencia y libertad de su amiga soltera: ¡lo que daría por tener un fin de semana íntegramente para ella! Levantarse muy tarde, ir de compras (sin niños), de copas (con amigos), lo que sea... ¡pero sin la familia! Ahora bien, si pudieras intercambiar tu vida con otra durante unas semanas, ¿lo harías?

Vicky Townsley, directora de una revista femenina, quiere probarlo y escribir un artículo sobre su experiencia. Se instalará en Connecticut en una casa con niños y marido (muy guapo), y la propietaria de tantas maravillas -pero cansada de ser ama de casa y con muchas ganas de libertad- se irá a Londres para ocupar su lugar en la revista.

Ambas no van a tardar en descubrir algo: que nada es tan maravilloso como se imaginan...
La idea está muy bien y me atrajo bastante cuando leí esto en la librería, antes de decidirme a llevarme el libro. Lo malo (bueno, no es que sea malo: el inconveniente) es que empecé a leer y el intercambio en sí, que debería ser el punto de partida del resto de la historia, sucede bien pasada la mitad del libro.

La primera mitad nos presenta a Vicky y Amber, las mujeres que van a intercambiarse: cómo son sus vidas y, en consecuencia, lo que echan de menos y lo que buscan prestándose al intercambio. Vicky, aunque es redactora jefe de una revista femenina, tiene una vida menos glamourosa de lo que yo esperaba (me imaginaba una especie de Sarah Glattstein-Franco pero más joven), y la tal Amber es una mujer desesperada en toda regla (de hecho, se hace esa misma mención a lo largo del libro), que por la descripción que dan de su vida, no sé de qué se queja...

En definitiva, la historia es simple: no nos conformamos con lo que tenemos, nunca. Si tenemos A, queremos B, y cuando consigamos B querremos C y así hasta el final del abecedario y vuelta a empezar. Ésa es la base de toda la historia, y después hay más y más tópicos que realmente son ciertos. Como que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos. O que debemos cuidar lo que deseamos, no sea que se haga realidad.

¿Si me ha gustado el libro? No está mal. No ahonda demasiado en el tema (se podría haber sacado una reflexión mayor, creo yo), porque empieza con el intercambio demasiado tarde, pero no ha quedado mal y no deja mal sabor de boca.
El fin de semana pasado terminé la segunda entrega de la saga Millenium, cuyo parco (nótese la ironía) título es LA CHICA QUE SOÑABA CON UNA CERILLA Y UN BIDÓN DE GASOLINA, del fallecido Stieg Larsson (dudo mucho que a estas alturas de la vida el autor de esta saga no se conozca).

En el anterior libro Lisbeth se descubrió a sí misma bastante colada por Mikael, quien, sin quererlo y merced a su relación con Erika (que cada vez entiendo menos), le rompe el corazón. Desde aquí empieza la segunda parte de la historia.

La contraportada pone en antecedentes:
Lisbeth Salander se ha tomado un tiempo: necesita apartarse del foco de atención y salir de Estocolmo. Trata de seguir una férrea disciplina y no contestar a las llamadas ni a los mensajes de Mikael, que no entiende por qué ha desaparecido de su vida sin dar ningún tipo de explicación. Lisbeth se cura las heridas de amor en soledad, aunque intente distraer el desencanto con el estudio de las Matemáticas y ciertos placeres en una playa del Caribe.

¿Y Mikael? El gran héroe vive buenos momentos en Millennium, con las finanzas de la revista saneadas y el reconocimiento profesional por parte de colegas. Ahora tiene entre manos un reportaje apasionante sobre el tráfico y la prostitución de mujeres procedentes del Este que le han propuesto Dag Svensson, periodista de investigación, y su mujer, la criminóloga e investigadorea de género Mia Bergman.

Las vidas de los dos protagonistas parecen haberse separado por completo, pero entretanto... Una muchacha, atada a una cama, soporta un día tras otro las horribles visitas de un ser despreciable y, sin decir palabra, sueña con una cerilla y un bidón de gasolina, con la forma de provocar el fuego que acabe con todo.
Lo cierto es que no cogí esta segunda parte con la ansia que preveía cuando me picó el gusanillo de leer la saga, puesto que con el otro libro me aburrí bastante. Al menos, este tiene un desarrollo bastante constante: no he tenido que esperar a la segunda mitad del libro para ver un poco de acción.

Pero aún así, aunque esta segunda parte ha sido mejor que la primera, me que quedado un poco asín. No me ha impactado, no me ha dejado sin respiración, nada. Me ha dejado un tanto indiferente, ésa es la verdad. ¿Me ha gustado? Sí, pero un sí con poco entusiasmo. La frase que me sale al describirlo es: no está mal.

Sigue teniendo detalles superficiales y absurdos pero en menor medida a la hora de describir las situaciones, pero he notado una considerable mejora. No entiendo muy bien a qué venía toda esa paranoia de las Matemáticas y el teorema de Fermat. Y he decidido que si algún día me voy a Suecia a vivir, pondré una fábrica de pan de molde, porque me quedo con la sensación de que allí sólo se subsiste a base de café y sándwiches.

La verdad es que no puedo aportar demasiado porque, como digo, no es que me haya entusiasmado esta historia. Como había visto la película de la primera parte, algunos detalles del desenlace no me vinieron de sorpresa, aunque la revelación en la página 648 sí, la verdad. Pero sólo eso. El final me ha parecido una paja mental en toda regla... No sabría explicar exactamente por qué no estoy sin respiración como casi todo el mundo que ha leído este libro, pero es así.

Pero eso sí, pienso acabarme la trilogía. Ea.
Alucino. Hace pocos días que empecé ¿TE ACUERDAS DE MÍ?, de Sophie Kinsella y ya me lo he terminado. Lo he cogido con ansia. De hecho, me lo compré el día después que me enteré que ya había salido en España (hasta me planteé comprármelo en inglés y todo). Me ha merecido la pena.

Esto dice la contraportada que pasa:
¿Y si un día abrieras los ojos y, de repente, tu vida fuese perfecta? Por increíble que parezca, a Lexi Smart ese sueño se le ha hecho realidad. Tenía un trabajo mal pagado, los dientes torcidos y una vida sentimental desastrosa cuando, una mañana, se despierta en una cama de hospital y descubre que su espléndida dentadura deslumbra como en un anuncio de dentífrico, sus uñas presentan una manicura inmejorable, y su ropa y complementos son los de una mujer muy rica. Y, por si fuera poco, está casada... ¡¡¡con un desconocido!!! Superada la gran sorpresa, Lexi se propone disfrutar de su nuevo yo, con lo cual podrá comprobar de primera mano las ventajas e inconvenientes que puede acarrear una inesperada vida perfecta.
Sí, puede que el argumento no sea muy realista que digamos. Pero me lo he pasado bomba leyendo, tanto, que me lo he devorado en nada de tiempo. Me parece increíble que me gusten tanto los libros de Sophie Kinsella (bueno, la mayoría, tuvo un par de tropiezos pero se los perdono por todo lo que me hace reír), y luego los de Madeleine Wickham me parezcan literatura barata. ¿Qué le pasa a esta mujer, sólo sabe escribir cuando se pone el seudónimo? No me lo explico...

Pero bueno, a lo que iba. La historia de Lexi es sencilla: se da un golpe en la cabeza y desaparecen los últimos años de su vida, precisamente esos años en los que se transformó completamente hasta convertirse en la persona que es ahora, alguien irreconocible (y no sólo en el espejo). Más sexy. Más rica. Más... Más... Más cosas que ella va averiguando a la vez que quien sigue su historia. Lexi está en una nube, y la pregunta es: ¿se vuelve más mullida o menos espesa?

Como me ha gustado tanto porque me he reído un montón con la manera de presentar la historia, no voy a contar nada más. Esta vez sí que recomiendo este libro, es una lectura de verano de verdad.
Este libro, ¿QUIÉN DIJO QUE EL NOVIO ES IMPRESCINDIBLE?, de Julia Jewellyn, fue una adquisición impulsiva. Vamos, que me hizo gracia la portada. De todas formas, el anterior libro de esta autora que me leí no me disgustó, y quizá por eso lo cogí del stand.

De todas formas, la contraportada no me llamó mucho la atención...
Una luna de miel de cinco estrellas en Roma... ¿Qué más puede desear una chica?

En el caso de Amy... un marido, la verdad. Sin embargo, a pesar de las deudas que arrastra después de cancelar la boda, y sin posibilidad de que los números rojos desaparezcan de su cuenta durante la luna de miel, decide coger el avión para tostarse bajo el sol italiano.

El problema es que nadie la deja en paz. Cuando no es un huésped del hotel demasiado curioso, es un famoso actor, Hal Blackstock, que se siente despechado porque el amor de su vida se casará con otro y está desesperado por cambiar su suite con la de Amy.

¿Es posible que una estrella de cine se enamore de una chica normal y corriente?
En mi opinión, lo que podría ser una buena historia, se queda diluida en una trama absurda e insostenible que hace que al final, no me quede con tan buen sabor de boca.

La base, esa que se muestra muy poco a poco, está bien. Amy, una joven con los pies en el suelo, tiene una relación con Danny, un chico corriente y un poco aburrido que le ofrece bastante seguridad y un futuro con pocas sorpresas. Amy cree que en la vida debe haber algo más, y después de un tiempo en el que no se atreve a dar el paso por miedo, finalmente se arma de valor y deja a Danny... Por Doug, un chico que en principio representa todo lo que echa en falta en su anterior relación.

El problema viene después de un tiempo, cuando Amy nota que está madurando y que Doug se ha quedado atrás, empecinado en un sueño poco realista que le hace abandonar un trabajo "serio". Amy apoya a Doug, porque así es el amor, hasta el punto de financiar el 100% de su vida juntos, trabajando hasta tarde mientras Doug se divierte y aporta más bien poco.

Y Amy se pregunta si éso es lo que quiere para el resto de su vida, con una boda en ciernes que ha organizado y pagado ella sola, tirando del sueño que debía ser mutuo pero que en realidad, sólo es suyo. ¿Merece la pena seguir adelante con la esperanza de que todo cambie, o es mejor coger al toro por los cuernos y luchar por lo que realmente quieres, aunque sin garantía de encontrarlo?

Ésa es la historia que subyace en una ridícula serie de encuentros en Roma entre Amy y un famoso actor preocupado por un grano, obsesionado por una suite donde ya se alojó Victoria Beckham y pendiente de sí mismo. Amy se asoma a la vida de la farándula mientras Hal se asoma a la vida normal a pie de calle; y todos los acontecimientos van dirigidos a que se enamoren el uno del otro.

Mientras se desarrollan estos encuentros, como flashback se muestra la vida de Amy antes de viajar a Roma, todos sus miedos y problemas, que en mi opinión es lo más interesante de la historia, pero la autora pasa de puntillas sólo para explicar el motivo por el cual Amy está en Roma sola y no con Doug.

Al menos no me parece mal cómo acaba la historia de Amy (la de Hal es, sencillamente, aburrida y carente de interés).

Un libro con tantos altibajos de interés al final sale perdiendo, por eso es una lectura que no recomiendo especialmente, a pesar de que la revista Elle, por lo visto, la calificase de perfecta lectura de verano. Pues no estoy de acuerdo. La base estaba bien, pero la forma de contar la historia no me convence en absoluto. Así que sigo buscando una perfecta lectura de verano que recomendaros.
Hace unos días terminé de leer mi regalo del Día del Libro: LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES, de Stieg Larsson.

Este libro es el primer volumen de la saga Millenium, cuyo nombre corresponde al nombre de la revista donde trabaja el periodista que protagoniza la misma. Actualmente hay a la venta los dos primeros volúmenes, éste y el segundo; el tercer volumen está previsto que salga en España a mediados de Junio. Aquí hay más información sobre la saga.

La suculenta sinopsis que aparece en el libro es la siguiente:
Harriet Vanger desapareció hace 36 años durante un carnaval de verano en la isla sueca Hedeby, propiedad prácticamente exclusiva de la poderosa familia Vanger. A pesar del despliegue policial, no se encontró rastro de la muchacha de 16 años. ¿Se escapó? ¿Fue secuestrada? ¿Asesinada? Nadie lo sabe: el caso está cerrado, los detalles olvidados.

Pero hay quien sigue recordando a Harriet, su tío Henrik Vanger, un empresario retirado, ya en el final de su vida y que vive obsesionado con resolver el misterio antes de morir.

En las paredes de su estudio cuelgan 43 flores secas y enmarcadas. Las primeras 7 fueron regalos de su sobrina. Las otras llegaron puntualmente para su cumpleaños, de forma anónima, desde que Harriet desapareció.

Vanger contrata a Mikael Blomkvist, periodista de investigación y alma de la revista Millennium, una publicación dedicada a sacar a la luz los trapos sucios del mundo de la política y las finanzas. Mikael no está pasando un buen momento: está vigilado y encausado por una querella por difamación y calumnia. Detrás de la querella está un gran grupo industrial que amenaza con derrumbar su carrera y destruir su reputación. Así que acepta el extraño encargo de Vanger de retomar la investigación de la desaparición de su sobrina e intentar tirar de algún cabo suelto.

Un trabajo complicado para el que recibe el regalo inesperado de la ayuda de Lisbeth Salander, una investigadora privada nada usual, incontrolable, socialmente inadaptada, tatuada y llena de piercings, y con extraordinarias e insólitas cualidades como su memoria fotográfica y su destreza informática.

Así empieza una novela que es la crónica de la guerra interna de una familia, un fresco fascinante del crimen y del castigo, de perversiones sexuales, de trampas financieras, un entramado violento y amenazante entre el que sin embargo crece una tierna y frágil historia de amor. Una historia de amor entre la que será la pareja más memorable de la literatura criminal.
Sinceramente, tenía puesto el ojo en el libro por el fenómeno que ha sido, mayormente (yo soy así de influenciable). Si fuera un mal libro, no tendría tantos lectores, ¿no?

Empecé con él hará unas semanas. El comienzo, bajo mi punto de vista, no fue nada del otro mundo, incluso un pelín aburrido cuando se mencionaba el pasado político de Suecia, por ejemplo. Continuó una historia buena, pero no demasiado interesante página tras página (especialmente pesados por ejemplo los detalles de un ordenador adquirido por la protagonista, falta incluso dar la referencia de la placa). Como no me llamaba demasiado esta primera parte, la lectura fue lenta, puesto que tampoco buscaba demasiado un hueco para ponerme con el libro. El Domingo pasado no llevaba ni la mitad, y tenía totalmente descartado haberlo terminado para mañana Viernes, que es cuando se estrena la película.

Pero todo cambió cuando llegué a la página 350 (aproximadamente). La historia se volvió vertiginosa y yo me lancé a devorar página tras página. No pude parar. Me tiré casi todo el Domingo inmersa en el libro y ya lo dejé porque quería dormir algo antes de ir a trabajar...

El Lunes lo acabé. En mi opinión, el libro está bastante bien, pero no lo veo tan sumamente magistral como algunos opinan. De hecho, creo que la primera mitad fue lenta y un poco sobrecargada de información que luego no llegó a ningún sitio. El tirón final sí que fue mucho mejor, así que te deja una sensación positiva que te hace olvidar que la primera parte no es tan vertiginosa.

De todas formas, le doy un notable alto, sí, porque lo cierto es que es una buena historia, inquietante, que ahonda en las más profundas vilezas y vergüenzas del ser humano, de todo ser humano, hasta el más intachable. Una historia sobre el precio de cada uno.
Hará una semana aproximadamente que terminé de leer UNA APUESTA PELIGROSA, la primera novela que leía de Jennifer Cruise. La compré más que nada porque la ví a 6 euros, la portada me atrajo bastante y servía perfectamente para paliar mi síndrome de los brazos vacíos una tarde que estuve paseando. No había escuchado nada de esta autora, así que decidí darle una oportunidad...

Lo que chivaba la contraportada era lo siguiente:
Minerva Dobbs es una treintañera con algunos kilos de más que piensa que la felicidad es un cuento de hadas. Cal Morrisey, por su parte, es un donjuán que detesta el compromiso y que la invita a cenar para ganar una apuesta. Cuando la cena termina, cada uno de ellos piensa que nunca volverá a ver al otro. Pero el destino tiene otros planes para ellos, y Minerva y Cal inician una relación casi involuntaria en la que median un ex novio celoso, unos padres impresentables, un gato demasiado inteligente y muchos donuts, y que concluye con la mayor de las apuestas: el amor verdadero.
Creo que no debí leer la contraportada demasiado bien cuando lo compré, porque leída una segunda vez, es el tipo de resumen que me tira para atrás.

Y hubiera tenido razón. Me costó bastante leerlo porque no me enganchó en absoluto. No sabría decir qué tiene la narración (o quizá la traducción), pero el caso es que me costaba seguir el ritmo, no notaba fluidez en las palabras -no sé explicarlo mejor-. En definitiva, la forma de escribir la historia ya de por sí me aburrió bastante.

La historia también. Demasiado típica: chica que se aparta del estereotipo de bombonazo se convierte de forma casual en el punto de mira del perfecto donjuán. En la página tres ya sabes que van a acabar juntos (vale: en todas las novelas chick-lit la parejita acaba junta, pero al menos no es taaaaaan obvio como esta vez, ni te presentan a los tortolitos en los tres primeros párrafos). A pesar de que ya sabes lo que te espera, lo demás son hojas y hojas de historietas varias donde la chica muestra que está segura de sí misma a pesar de sus kilos de más y lo demuestra con un mordaz sentido del humor, que utiliza como arma arrojadiza para placar los encantos del chico que, por supuesto, pasa del pivonazo que le va detrás porque se ha enamorado de la protagonista con todas sus imperfecciones.

Lo que más me gustó es el chico: su carácter me cautivó. Cada vez me caía mejor el chaval, creo que es de los personajes masculinos que más me ha gustado de todos los libros que he leído, y creo que el motivo ha sido porque se han presentado él y sus circunstancias, no solo "he aquí el chico guapo y encantador que sólo vale de trofeo al final del libro". No sé, definitivamente este chico ha salvado la historia.

Lo que menos me gustó fue cuando las amigas de la protagonista, sobre todo una de ellas, se puso a hablar con su amiga en plan serio y soltó una serie de chorradas sobre los cuentos de hadas. ¡Por favor! ¿Quién en su sano juicio pensó que una conversación así es creíble? Y la escena final es lo más absurdo del mundo, como si la escritora hubiera tirado la toalla y ni se molestara en que todo acabara de una forma más o menos realista...

Así que con este van tres libros seguidos que no me han gustado... Por eso voy ha hacer una pausa de chick-lit, a ver si cuando "vuelva" me sientan mejor.
Ya he terminado de leer este libro, LA REINA DE LA CASA, por Sophie Kinsella, el último de esta autora en edición de bolsillo de la Editorial Salamandra.

Lo que nos dice la contraportada es lo siguiente...
Emprendedora y eficiente abogada de la City londinense, Samantha no sólo adora su trabajo sino que vive para él. Adicta al estrés y la presión extrema, ha llegado hasta el punto de enviar y recibir e-mails durante las sesiones de relajamiento con su terapeuta. La adrenalina es su combustible y convertirse en socia de un prestigioso bufete su objetivo declarado.

Y cuando está a punto de conseguirlo surge la catástrofe en forma de un error garrafal que cae sobre ella como un meteorito. ¿Qué hacer? Pues huir, huir lo antes y lo más lejos posible, y tan lejos que en su ofuscación acaba ocupando el puesto de ama de llaves en una aristocrática mansión.

¿Cómo puede haberle ocurrido? Mientras Samantha dilucida el enigma, su encuentro con el hombre soñado en forma de jardinero cachas le abrirá nuevas perspectivas, hasta el punto de plantearse un cambio radical en su vida.
En definitiva: un rollo.

La historia pretende emular los otros éxitos de la autora (sobre todo la serie de Loca Por Las Compras), pero sin conseguirlo ni por aproximación. Esta nueva historia es alocada, poco realista, abrupta, con hechos metidos con calzador... Sólo calificable de descabellada. Lo único que la podría salvar es un poco de humor, y ni eso. Por lo menos a mí sólo me han hecho gracia dos o tres cosas de un libro de 316 páginas; una media malísima.

En otras ocasiones es verdad que comento algo de la trama, pero en este caso no me voy ni a molestar porque no puedo salvar nada, no ha habido ni una sóla situación con la que me hubiera podido identificar o sacar algo constructivo.

A mi entender, no merece la pena.
Este libro, LOS PATITOS FEOS TAMBIÉN BESAN, de Jane Green, me lo he leído en poco tiempo. Llegó a mi estantería a través de ese antro de perversión que es la FNAC, y por un error de la cajera me salió gratis...

En la contraportada viene esta introducción a la historia.
Jemima Jones está gorda, muy gorda. Sus delgadas compañeras de piso la tratan como a una criada y su maravillosa, delgadísima y guapísima jefa en el Kilburn Herald, mucho más tonta que ella pero mejor pagada, actúa como si Jemima fuera su sierva. Si a esto le sumas que está loca por su encantador, sexy e inalcanzable colega Ben, la conclusión es que la vida de Jemima necesita un cambio. Cuando conoce a Brad por Internet le llega la oportunidad de reinventarse: será la felina, guapa, gimnasio-adicta y glamourosa JJ. Su Romeo a larga distancia no tarda en pedirle una cita. ¿Qué hará Jemima para superar su adicción a la comida y convertirse en la atractiva modelo de sus correos electrónicos?

Con un argumento que nunca decae y un sorprendente final, esta novela es la crónica de una búsqueda: la de la mujer que Jemima siempre quiso ser; un viaje en el que aprenderá un montón de lecciones sobre la atracción, la adicción, el significado del verdadero amor y, finalmente, sobre quién es ella misma.
Estoy MegaSúperIndignada con esta historia.

Pero vamos por partes.

Lo primero que no me gustó es la forma de narración que tiene. Combina la narración en primera persona de la protagonista (que es la que prefiero en este tipo de literatura) y una especie de narración en off. Lo que ocurre que este último estilo se parece mucho a los narradores en off de las series infantiles, vamos, que no me costaba nada imaginarme al narrador de Pocoyo cuando leía esas partes.

Otra cosa que me ha irritado durante toda la historia es la manía de mencionar a los protagonistas indiscutibles con nombre y apellidos. Jemima Jones y Ben Williams, como si hubiera otra Jemima u otro Ben. Los que sólo se presentaban con nombres de pila ya estaba claro que no iban a tener mayor relevancia... También se nombraba con nombres y apellidos los supuestos "famosillos" que intervinieron en la historia.

Un detalle nimio es que la historia está escrita en 1998 (¡el siglo pasado!), y claro, para entonces era tope cool los chats tipo IRC, de donde surge gran parte de la trama. Me cuesta asimilarlo hoy, en la Era del FaceBook, pero bueno, se lo perdono...

Pero nada de eso es lo que me dejó indignada (y a continuación voy a reventar un poco la historia).

Si empiezas a leer un libro titulado LOS PATITOS FEOS TAMBIÉN BESAN (aunque vale, no es culpa de la autora porque ella lo tituló Jemima J y el traductor en esos momentos quiso hacerse el ocurrente), y el patito feo se supone que es la protagonista y es fea porque está gorda (¿no me digas? ¿sí?), se puede presuponer que al final va a besar a su Príncipe Azul. Pues no. Sólo consigue al chico cuando adelgaza espectacularmente y se tiñe de rubio. Así que la MORALEJA de este libro es: si estás gorda, olvídate de estar con un chico, sólo si eres muy delgada y rubia conseguirás comerte una rosca.

Además, la protagonista adelgaza espectacularmente en poco tiempo. En dos o tres meses pierde más de veinte kilos (eso no lo recuerdo exactamente) comiendo sólo lo básico e imprescindible y prácticamente viviendo en el gimnasio. Es decir: a base de sólo lechuga y cantidad de ejercicio. Obviamente, sin control médico. ¡Y eso es fantástico! Lo único que se menciona al respecto es que el entrenador personal de la protagonista está ligeramente preocupado y sospecha que no está muy sana. Pero esto se reduce a dos frases en un minúsculo párrafo, que esperé en vano que se desarrollara más adelante. No pasó. Así que la otra MORALEJA de este libro es: es sumamente aceptable (e incluso imprescindible si quieres comerte una rosca) que por tu cuenta vayas a un gimnasio, "sólo comas agua" y pierdas veinte kilos en 40 días.

Y no voy a hablar de Ben (Williams), que sólo se acuerda de Jemima (Jones) cuando cambia radicalmente de aspecto. Viva la belleza interior.

Así que, para ser honestos, este libro debía titularse realmente LOS PATITOS FEOS SE MUEREN DE ASCO Y SÓLO SI PESAS MENOS DE 55 KILOS BESARÁS A ALGUIEN. Por favor...

Y me lo he leído rápido no porque me apasionara, está claro, sino porque estaba ansiosa porque hubiera algo de cordura en la historia, pero no la encontré... Tan sólo un epílogo de media página donde la autora deja caer como quien no quiere la cosa que la chica ya no está obsesionada y ahora se quiere y está realizada como persona y bla-bla-bla.

A estas alturas, sobra decir pero lo digo: NO ME HA GUSTADO ESTE LIBRO en absoluto. Menos mal que, al menos, me salió gratis.
Sucumbí a la tentación de probar una nueva novela de Sophie Kinsella, para ver si continuaba dándome buenos ratos a través de sus historias. Esta vez me decidí a NO TE LO VAS A CREER, para ver qué tal era esta nueva historia.

He aquí un resumen...
Después de asistir en Glasgow a una desastrosa reunión de trabajo y de tomarse un par de vodkas, ¿o fueron tres?, para infundirse valor, Emma Corrigan se sube por fin al temible artefacto volador para regresar a Londres. El vuelo resulta especialmente movido y Emma se agarra con desesperación a los brazos de su asiento. Presa del pánico, de su boca empiezan a brotar todos sus secretos, sus sueños más ocultos y sus deseos más inconfesables, que van a parar a oídos del silencioso pasajero que, inmutable, la escucha sentado a su lado.

Pero este mal trago no será nada comparado con lo que le espera el Lunes en la oficina, donde corre la voz de que el presidente de la megacorporación americana para la que trabaja se encuentra de visita en la sede londinense. En medio del nerviosismo general, Emma decide acercarse a la máquina de café del pasillo y se cruza con la comitiva que acompaña al gran jefe...
Lo cierto es que el listón estaba muy alto con la saga de Loca Por Las Compras (lo reconozco, pero no puedo evitar buscar ese salpichirri en sus demás libros). Aunque esta vez no me he reído tanto como con los otros libros, éste no me ha dejado mal sabor de boca.

El pretexto desde el cual surge toda la trama no tiene ni pies ni cabeza: ¿una chica con miedo a volar, cuando su avión pasa por una serie de turbulencias, en lugar de chillar como una histérica, se pone a contar tranquilamente todos los secretos inconfesables que tiene, uno a uno? Ya, claro, lo más normal del mundo...

Pero una vez aceptas esa roncambolesca excusa para que empiece la acción, lo demás es más fácil de digerir: tienes en tu vida metido a un desconocido que no sólo sabe absolutamente todo de ti, sino que además, resulta ser tu jefe... ¡Oh! ¡Eso no era un espoiler! ¿Acaso no estaba claro desde la contraportada?

Esta historia es digna de tener una oportunidad. Puede que guste (como a mí), puede que no, pero al menos merece el intento...
Hace muy poquito que terminé de leer la nueva novela de Marian Keyes, UN TIPO ENCANTADOR. Me ha costado un poco porque son 766 páginas y es un libro que impone, pero me apetecía bastante desde que SS.MM. Los Reyes Majos me lo trajeron... Sin duda alguien les dió el chivatazo de los ojillos con los que miraba el libro cuando me lo topaba por las librerías que suelo frecuentar...

La contraportada te pone en antecedentes, por supuesto.
La noticia de la boda de Paddy de Courcy, político carismático, ha causado un gran revuelo en todos los medios. En especial, ha sido una auténtica conmoción para cuatro mujeres.

Lola casi se desmaya. Paddy es su novio... o eso pensaba. Decide marcharse a toda prisa de Dublín para esconderse y curarse las heridas, aislada en una casita en la costa.

Grace, periodista empeñada en descubrir la verdad, persigue a Lola para que le cuente lo que realmente pasó entre ella y Paddy. A él le había conocido hace años y aún conserva muy vivo su recuerdo.

Marnie, la hermana de Grace, también puede contar mucho del gran político, su primer amor, pero se niega a hablar. Felizmente casada y con dos hijas preciosas, solo pretende borrarle de su memoria.

¿Y la chica que está a punto de convertirse en la esposa del gran hombre? Tiene toda la pinta de ser la mujer perfecta para un político tan importante, pero... ¿sabe realmente cómo es ese tipo tan encantador?

Cuatro mujeres muy diferentes. Un hombre guapo, sofisticado, tocado por el éxito. Y un secreto que les une.

Un libro lleno de lágrimas, de risas, de corazón y de vida. Solo podía ser la nueva novela de Marian Keyes.
Aunque parezca mentira, yo no soy muy seguidora de esta autora. Me he leído un par de libros suyos que no han estado mal, pero con esta autora no tengo la fiebre que tienen otras adictas a las chick-lit como yo. Pero he de decir que esta novela me ha sorprendido gratamente.

El libro está estructurado en cuatro historias paralelas. Cada historia está escrita con un tipo de letra distinto, aunque cada parte esté encabezada por el nombre de la protagonista. La primera historia es de Lola: está escrita en Comic Sans (fallo imperdonable), y al principio me irritaba bastante porque al texto del faltan los artículos. Pensé que era un fallo de traducción, pero luego vi que era la forma de mostrar el carácter de esta estilista. Su historia empieza siendo un poco sosa, la verdad, sólo hasta que avanzas bastante te das cuenta de que es mucho más profunda de lo que puede parecer en un principio. Aún así hay situaciones sólo calificables de absurdas que sobraban, en mi opinión.

La de Lola es la historia más floja de las cuatro. Otra que pasa sin pena ni gloria es la de Alicia (la futura esposa), aunque su historia sea corta, la de las demás las va a completar bastante bien.

Sin embargo, las historias de Grace y Marnie son mucho más auténticas, profundas y reales. Es fácil identificarse con Grace, su manera de pensar, de sentir, de actuar... Y aunque Marnie está en una situación que me resulta difícil de llegar a imaginar, lo cierto es que sus sentimientos se describen tan bien, que soy capaz de reconocerlos, aunque en contextos bien distintos.

Al comienzo del libro, las cuatro chicas parecen muy distantes (las hermanas menos, claro), y aunque desde la primera página se sabe cuál es el denominador común, resulta un poco complicado imaginar cómo se van a acercar las cuatro vidas... A medida que se avanza en la historia, a mediados del libro más o menos, las cosas se van aclarando y para mí florece una historia mucho más humana, mucho más descarnada, mucho más triste, mucho más real. Es como si hubiera cuatro hilos de cuatro madejas distintas y a cada palabra se tejiera una cuerda con los cuatro hilos bien fuertes... No sé expresarlo mejor.

Aunque como digo, tiene unas situaciones un poco absurdas, lo que al final se cuenta, lo que realmente importa, lo que nos enseña... Me ha gustado mucho. Aconsejo su lectura, y un poco de paciencia porque hasta por lo menos la mitad no empieza lo bueno. Pero luego merece la pena.
Como casi todos los fines de semana que nos quedamos en casa, éste último (hace dos, vaya) también lo aproveché para terminarme un libro de los de mi colorida colección. Éste se llama MIS NIÑAS, MI MARIDO Y LA MALDITA EX, de Francesca Clementis. El título es uno de estos casos en el que te planteas: ¿el traductor en qué estaba pensando? Porque el original se titula Mad About The Girls, así que alquien me cuente cómo de ése título original ha aparecido aquel otro...

En fin, al lío...
Todo lo que Lorna ha deseado en su vida es un marido y cuatro hijas, y esto es exactamente lo que tiene, si bien son el marido y las hijas de otra. No obstante, Robert y sus adorables hijas prácticamente le pertenecen. Después de todo, ya hace diez años que la esposa legítima se ha marchado de casa. Y tras enamorarse de Robert, Lorna estuvo encantada de llenar ese vacío. Ahora Lorna tiene cuanto una madre debería tener (salvo las estrías). Lo malo es que la esposa de Robert ha vuelto. Es una mujer guapa y segura de sí misma y busca el perdón. Pero, ¿sólo desea eso? Lorna no puede evitar pensar que esta familia no es lo bastante grande para las dos...
Cierto es que lo cogí con un poco de desgana este libro, el título mal traducido me llamaba poco (yo soy más bien de títulos cortos). Pero he de confesar que me ha gustado mucho lo que me he encontrado, porque ha sido más de lo que me esperaba.

Lorna es una chica sencilla que tiene una vida un poco complicada. Es la que le gusta, sí, pero lo cierto es que se ha conformado con menos de lo que realmente quería. Lo que ocurre es que en estos tiempos es una locura aspirar a todo con lo que soñamos, así que normalmente nos quedamos con lo poco bueno que tengamos... Pero si una tercera entra en discordia con la intención de quedarse con lo tuyo, hay que defender ese "poco" que es lo que te hace feliz. Lorna lo defiende a capa y espada, pero se da cuenta de que no todo es tan sencillo: ella pensaba que las cosas eran blancas o negras, pero la vida está llena de matices grises, y Lorna se entera de eso a golpe de dolor de cabeza y descubriendo que lo que está bien o está mal es relativo.

Pero no todo: al final siempre hay algo que sí está claro.

La historia ha sido bonita por lo sencilla que es. Porque lo que la protagonista quiere está claro y es honesto. Porque el amor verdadero no es tan fácil de descubrir (ni de conseguir). Porque simplemente es una mujer como cualquiera. Porque podría ser yo.
Las pasadas mini-vacaciones de Año Nuevo estuve en casa haciendo algo que me gusta mucho: disfrutar del día sin preocupaciones y perderme en un buen libro. Rescaté de mi colorida colección de libros uno autorreferente: LÍOS, LIBROS Y MÁS LÍOS, de Jane Green. Me suena que tengo alguno más de esta chica, no sé...

Vale, vale, lo sé, he tardado como un mes en publicar la referencia... Pero lo importante es que al final lo he hecho.

Como siempre, aquí está el resumen que se puede encontrar en la contraportada...
Han pasado casi diez años desde que Cath y Portia, amigas inseparables en la Universidad, tomaron rumbos diferentes. Algo gordo sucedió entre ellas, y aquel grupo de amigos tan enrollados acabó disolviéndose después de graduarse.

Desde entonces, todos han estado buscando más o menos lo mismo, la pareja soñada o el trabajo ideal —las dos cosas a la vez sería demasiado pedir—, hasta que un buen día, por fin, se cumple el sueño de Cath: dejar su carrera de publicista para abrir un café-librería junto con Lucy, la mujer de su amigo Josh.

Pero como la felicidad nunca es perfecta, el día de la inauguración se presenta nada menos que Portia, en lo que parece un intento de reconciliación. Y como los problemas nunca vienen solos, la vida de Cath empieza a volverse la mar de entretenida: mientras se esfuerza en concretar una cita con James, su nuevo ligue, tiene que levantarle la moral a su amigo Simon —un eterno romántico que aún ansía encontrar el amor perfecto—, y al mismo tiempo vigilar de cerca el comportamiento de Josh, que parece muy interesado en la canguro de su hijo, Ingrid, una chica sin escrúpulos que a su vez les tiene preparada a todos una sorpresita de mucho cuidado. Ante semejante movida, ¡menos mal que existen los libros!
Una vez más, el resumen no deja mucho a la imaginación... A pesar de que conforme vas leyendo no te sorprende demasiado lo que ocurre, y casi en el capítulo cinco sabes con quién va a terminar la protagonista, en los capítulos finales la autora sí que ha sido capaz de sacar algo que no se esperaba (y no sólo porque no estaba en la contraportada, sino porque por el mismo ritmo de la novela no se preveía), lo cual es algo positivo.

A pesar de la traducción al español del título, los libros no tienen apenas protagonismo, así que si alguien va buscando algún referente, no lo va a encontrar. La chica protagonista abre un café-librería como podría haber sido una zapatería, es algo que no tiene mayor importancia aunque no lo parezca por el título.

No es la novela del año, tampoco es especialmente divertida (como ocurre con otros libros), pero creo que es una historia entretenida que no me arrepiento de haber leído. Es simplemente pasable, nada más. Si la leéis, bien, pero si no, no pasa nada...
La cuarta entrega de la saga de Becky Bloomwood, de Sophie Kinsella se llama BECKY TIENE UNA HERMANA. Esta cuarta aventura la leí también hace tiempo, pero he de reconocer que no me gustó nada. De hecho, me parece un poco de relleno y una historia algo forzada.

El resumen que tenemos para abrir boca es el siguiente...
Tras una lujosa luna de miel que ha durado diez meses, Becky Brandon -la compradora compulsiva más famosa del mundo- vuelve a Londres con su flamante marido. Tan pronto pone los pies en casa, empiezan los problemas, pues aparecen ante el portal dos camiones cargados de "recuerdos" que ha comprado a escondidas durante el viaje: mesas de comedor, jirafas de madera gigantes, batas de seda, máscaras… Las facturas no se hacen esperar y, muy pronto, la tarjeta de crédito que Becky esconde en su polvera se convierte en un trozo de plástico inútil.

La crisis estalla y Luke le impone un estricto presupuesto, pero las malas noticias nunca vienen solas: Suze, su amiga inseparable, ha encontrado otra amiga más inseparable, y sus padres, precisamente ahora, deciden confesarle un secreto explosivo: Becky tiene una hermana. ¡Vaya sorpresita!

La idea de encontrar, a sus veintisiete años, un alma gemela con quien compartir su pasión por los zapatos, las rebajas y las sesiones de manicura abre un panorama prometedor, lleno de interesantes perspectivas, lo cual no impide que, antes de lanzar las campanas al vuelo, Becky tenga que averiguar los gustos y hábitos de consumo de su nueva hermana Jessica.
Parece increíble que yo diga esto, pero la realidad es que no me gustó nada el libro. La idea en sí no es muy mala: de juntar a Becky con alguien que tiene sus mismos genes pero que no puede ser más distinta podría haber salido una historia bastante buena, pero para mi gusto no fue así. El principio de la trama no está mal: cuando se conocen las hermanas y el empeño de Becky por agradarla y compartir gustos... Pero luego todo va aflojando hasta tener un final poco creíble a la par de soso y peliculero (las demás aventuras de esta chica al menos tienen una base que te puedes imaginar fácilmente, pero esta no hay por dónde cogerla).

En definitiva, el libro me parece un tostón y no lo recomiendo. No pasa nada si nos saltamos esta aventurilla, en mi opinión no se pierde nada...